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Alarma entre vecinos de Muskiz ante la sucesión de incidentes en Petronor

La sucesión de incidentes que se vienen produciendo en la refinería de Petronor mantiene en vilo a muchos vecinos de Muskiz, que no ocultan su hartazgo por la ausencia de una intervención decidida del Ejecutivo de Lakua. Mientras, las alertas se repiten -las últimas, los días 8 y 13 de octubre-, y también los comunicados de la petrolera negando cualquier anomalía.

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Agustín GOIKOETXEA I

Por repetidos, no deja de sorprender la gran cantidad de problemas generados por la refinería de Petronor, lo que mantiene la preocupación entre los vecinos de Muskiz. El último suceso detectado, según relata Meatzaldea Bizirik, tuvo lugar el miércoles 13 de octubre, alrededor de las 12.15, cuando una humareda de «gran magnitud» envolvió al complejo petroquímico e hizo saltar la alarma entre la población del entorno, así como entre los propios trabajadores. Desde este colectivo critican que, «por enésima vez», la compañía que preside Josu Jon Imaz ha tratado de silenciar un accidente: «Queremos denunciar, una vez más, la inseguridad diaria con la que nos obliga a convivir Petronor, pasando por encima de nuestros derechos y con el beneplácito de las instituciones que la protegen».

«Una densa, negra y extensa humareda» alertó de un fuego en la planta, pero éste, según los testigos, «ni correspondía con ninguna chimenea ni provenía de ningún lugar que sea habitualmente emisor de humo». Al llamar a la Policía Municipal, los afectados constataron «nuevamente» que no se trataba de una operación programada con antelación en la refinería. Por esta razón, explican, pese a confirmar los agentes los hechos denunciados, no pudieron actuar para alertar al vecindario.

Quienes fueron testigos del suceso del miércoles añaden que, «aunque no sonó ninguna alarma dentro de la refinería, desde en el barrio de San Julián de Musques -el más cercano al complejo- sí se oía a los trabajadores pedir a gritos agua».

La valoración de la Coordinadora Anti-Coke podía ser una más de las que en los últimos años viene realizando ante hechos similares, pero adquiere mayor relevancia si tenemos en cuenta que cinco días antes se produjo otro incidente. El viernes 8 de octubre, cuatro vecinas del barrio de San Julián tuvieron que ser atendidas en el ambulatorio por las consecuencias de un «olor insoportable» que provenía de Petronor. El concejal delegado de Medio Ambiente, Marcos Cuco, confirmó a GARA que las afectadas por la emisión contaminante presentaban cuadros de irritación en ojos y garganta, y que incluso el sábado algunos vecinos tuvieron que ser atendidos por similares síntomas en el centro de salud, y «otros muchos, habituados ya por desgracia, no acudieron aunque presentaban similares molestias». Los facultativos les explicaron que la causa de las dolencias había que buscarla «en la inhalación de hidrocarburos».

Explicaciones surrealistas

Marcos Cuco añade que lo sorprendente es que desde Petronor se llegó a declarar a los medios de comunicación que se interesaron por el suceso que no tenían constancia de ningún incidente. El edil de EA no se olvidó de citar que los portavoces de la filial de Repsol llegaron a apuntar la posibilidad de que los problemas respiratorios que habían sufridos varios muskiztarras tuvieran su origen «en la quema de neumáticos junto a la valla perimetral de la refinería», acción que se habría repetido varios días.

El responsable municipal de Medio Ambiente apostilló que determinadas condiciones meteorológicas -días con fuerte viento del sur- son las que destapan las emisiones tóxicas que provienen del complejo petroquímico, y es en esas jornadas cuando se repiten los cuadros médicos de irritación de garganta, ojos y mucosas, especialmente entre quienes habitan en el barrio de San Julián. El edil insinuó a este diario que los dos últimos incidentes quizás tengan que ver con el anuncio que hizo Petronor un tiempo antes de que iba a poner en marcha una de las plantas que había permanecido parada. «Ese proceso dura varios días y viene siendo habitual de que se produzcan algunos problemas», comentó.

Lo curioso del caso es que, a pesar de que Petronor instaló este año una estación automática de control de emisiones en tiempo real, en el mismo barrio de San Julián, ésta no está operativa todavía. Desde la Coordinadora Anti-Coke solicitan a las administraciones competentes que adopten medidas para que la empresa cumpla con la legislación y no se escude en vericuetos normativos para no hacerlo.

Respecto a la repercusión de los sucesivos incidentes, el corporativo explicó que se redacta una queja que se envía a Alcaldía para que analice la posibilidad de abrir un expediente sancionador. Cuco confesó que esta opción casi nunca se materializa. Además, el Consistorio remite a los departamentos de Sanidad y Medio Ambiente de Lakua las quejas para que determinen si son hechos punibles o si es necesario instar a la petrolera para que tome medidas correctoras. Tampoco falta la comunicación a Petronor, que suele justificarlas «por operaciones programadas» o las niega, como ha sucedido en el penúltimo caso.

Meatzaldea Bizirik señala que, aunque la filial de Repsol haya sido capaz de negar los dos últimos incidentes, hay pruebas gráficas con imágenes del humo grabadas en vídeo. Asimismo, considera condenable que la petrolera no sólo niegue los incidentes, sino que tampoco dé la alerta, lo que provoca la indefensión de la población del entorno.

Para la plataforma ecologista, las prácticas de Petronor son «terrorismo medioambiental, cuyos efectos a medio y largo plazo terminan afectando a nuestra salud y medio ambiente, poniendo en peligro el futuro de nuestra existencia; y que desgraciadamente encuentra acomodo legal con la complicidad institucional». Meatzaldea Bizirik insiste en su denuncia de la «impunidad de estos terrorista medioambientales, responsables de las agresiones cometidas en Muskiz, que se están enriqueciendo a costa de nuestra salud, escudándose en una legalidad creada artificialmente para defender sus intereses basados en el vil dinero fruto de la contaminación».

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