El Giro de Lombardía resultó durísimo por el frío y la lluvia y sólo 34 ciclistas pudieron acabarlo
Gilbert consigue su segundo doblete en un día infernal
Confirmó el pronóstico con una exhibición en la que sólo Scarponi le pudo seguir hasta la última subida.
Joseba ITURRIA I
Philippe Gilbert demostró en el Giro de Lombardía que por segundo año consecutivo ha sido el ciclista más fuerte en el final de temporada al imponerse en la última gran cita del año con una superioridad insultante. Atacó a falta de 40 kilómetros en el descenso del Colma de Sermano y sólo Michele Scarponi pudo seguirle hasta que el valón le dejó en la última subida del San Fermo della Battaglia.
El corredor del Omega Pharma Lotto encadenó el año pasado París Tours, Giro del Piamonte y Giro de Lombardía en una semana mágica y este año ha repetido en las dos últimas con una exhibición ayer en una clásica durísima. A los 260 kilómetros y a las duras subidas que presenta la última clásica de la temporada se sumó un ambiente tan invernal como infernal al correrse bajo una temperatura muy baja y una intensa lluvia.
Samuel Sánchez, que no pudo repetir el segundo puesto del año pasado, y un espléndido Mikel Nieve cerraron el mejor año del Euskaltel con un sexto y un séptimo puesto, mientras que el equipo navarro del Caisse d'Epargne metió en el podio a Pablo Lastras, que acabó tercero. Además otro vasco, Haimar Zubeldia, tuvo protagonismo en la penúltima ascensión.
Una carrera sin emoción
El Giro de Lombardía fue una carrera sin emoción. Es difícil que antes de una clásica de las características de la italiana sólo haya un favorito y en la salida en Milán había unanimidad en el pronóstico. Todas las quinielas no es que incluyeran el nombre de Philippe Gilbert, para todos era el único favorito.
Demostró en el Mundial que era el corredor más en forma, aunque no pudo ganarlo, y ayer ni siquiera esperó a los kilómetros finales. Tras la escapada inicial de Gallopin (Cofidis), Mirenda y Caccia (ISD), Da Dalto (Lampre), Carlstrom (Sky) y Albasini (Columbia) -que llegó a contar con más de ocho minutos de ventaja-, el Omega empezó a recortar la desventaja y a endurecer la prueba y en la penúltima ascensión el pelotón ya llegó roto porque la climatología se encargó de seleccionar aún más al grupo y de facilitar la tarea de Philippe Gilbert.
En la penúltima ascensión al exigente Colma di Sormano, Mollema (Rabobank) atacó y se quedó en solitario por delante y por detrás intentó cazarle Haimar Zubeldia sin conseguirlo.
El holandés coronó con unos segundos sobre un primer grupo de una decena de corredores y atacó en el descenso en compañía de Scarponi, Nibali y Lastras. El italiano del Liquigas se cayó, Lastras cedió terreno en el peligroso descenso y tampoco Scarponi pudo seguir la rueda del valón, que recibió la orden de su director de esperar al italiano para no realizar en solitario los últimos 35 kilómetros.
Pareció no gustarle la decisión a Gilbert, pero la acató y esperó a Scarponi para abrir juntos una ventaja de un minuto con un grupo de ocho corredores formado por los Euskaltel Mikel Nieve y Samuel Sánchez, los Caisse Lastras y Uran, Nibali, Fulgsang, Barredo y Mollema.
En la última subida a San Fermo della Battaglia, cuya cima está a cinco kilómetros de meta, Gilbert aceleró y dejó a Scarponi con asombrosa facilidad y por detrás se formó un cuarteto con Nibali, Lastras, Fulgsang y Samuel Sánchez, que en ningún momento dio la sensación de ir muy bien. De hecho, Mikel Nieve, pese a realizar un gran trabajo para su líder, llegó muy cerca de él. De ese cuarteto saltó Lastras al final para completar el último podio de la temporada. De los 195 ciclistas que tomaron la salida, sólo 34 llegaron, entre ellos Rubiera en su despedida.
Colocar a dos corredores entre los siete primeros de una clásica tan dura como resultó ayer el Giro de Lombardía fue un buen broche para el mejor año de la historia del Euskaltel Euskadi. No sólo por ser la temporada con más victorias, diecisiete. Lo más importante es que los triunfos se repartieron entre ocho ciclistas, y los éxitos estuvieron acompañados de una buena imagen como equipo en todos los momentos importantes de la campaña.
En su primer objetivo del año, Samuel Sánchez ganó una etapa en la Euskal Herriko Itzulia y en Zornotza. Beñat Intxausti acabó en el podio la ronda vasca y Amets Txurruka e Iban Velasco tuvieron una actuación sensacional. Igor Anton comenzó su gran año con etapas en Castilla León por delante de Contador y en Romandía por descalificación de Valverde y fue segundo en la general de Castilla León, cuarto en Flecha, séptimo en Lieja, décimo en Romandía y undécimo en la Volta.
A la espera del Tour, Intxausti ganó una etapa en Asturias y acabó tercero en la general de una prueba en la que Urtasun logró otra etapa. Gorka Izagirre obtuvo un triunfo parcial en Luxemburgo antes de ganar en julio en Ordizia. Rubén Pérez también ganó en el Tour de Baviera.
En el Tour sólo faltó la victoria que Andy Schleck birló en Morzine Avoriaz a Samuel, que concluyó con el mejor puesto del equipo naranja en la prueba, un cuarto que puede quedar como tercero si Contador es sancionado. El asturiano además estiró su momento de forma al ganar dos etapas y la general en Burgos, donde también ganó Koldo, que repitió en el Tour del Vendée.
En la Vuelta Euskaltel logró tres victorias con Anton (2) y Nieve, que fue duodécimo en una clasificación general que el de Galdakao seguramente habría ganado de no mediar su desgraciada caída. Va a ser muy difícil que Euskaltel pueda firmar una temporada tan completa. Joseba ITURRIA