
Gotzon Garmendia, Andoni Txasko y Manuel Sainz Lau Haizetara Gogoan
Ante el �D�a de la Memoria�
Celebraciones como el �D�a de la Memoria� son una muestra m�s de la nula voluntad de romper con el esquema de vencedores y vencidos heredado del franquismoAnte el establecimiento del 10 de noviembre como �D�a de la Memoria� de las v�ctimas del terrorismo, queremos manifestar lo siguiente:
1-Denunciamos el hecho de que esta fecha haya sido establecida sin tan siquiera consultar a las asociaciones de v�ctimas de la rebeli�n militar de 1936, el r�gimen franquista y el terrorismo de Estado. �stas constituyen el mayor colectivo de v�ctimas presente en nuestra sociedad.
2-Como consecuencia directa de lo anterior, denunciamos los contenidos con los que, desde las instituciones estatales y auton�micas, se pretende caracterizar esta conmemoraci�n, cuando estas mismas instituciones llevan a cabo un lacerante agravio comparativo en cuanto al reconocimiento y tratamiento de las v�ctimas en funci�n del origen de las vulneraciones de derechos sufridas.
3-Denunciamos el car�cter parcial y sectario de esta conmemoraci�n en la medida en que las v�ctimas del franquismo y el terrorismo de estado seguimos sufriendo las consecuencias de las leyes de guerra emitidas por la dictadura militar, a cuya causa se impuso una sociedad dual de vencedores y vencidos. Es esta misma dualidad la que se pretende perpetuar a trav�s de la preservaci�n de la impunidad sobre las v�ctimas causadas por la rebeli�n militar de 1936, el r�gimen franquista y la violencia del Estado. Todas ellas v�ctimas ignoradas y a las que se nos niega el derecho a conocer la verdad, el derecho a la justicia efectiva plena y la reparaci�n de los da�os causados.
4-Constatamos que los partidos e instituciones impulsores de esta conmemoraci�n no demuestran una voluntad clara de desvincularse, de manera rotunda y consciente, de la herencia del franquismo. Tanto la ONU como el Consejo de Europa han denunciado reiteradamente la perpetuaci�n, por parte del Estado espa�ol de la impunidad sobre las vulneraciones de derechos humanos cometidas. Un claro ejemplo y exponente clarificador de esta situaci�n lo encontramos en el tratamiento recibido por las v�ctimas de los sucesos del 3 de marzo de 1976 de Gasteiz. El Parlamento Vasco les reconoci�, con el apoyo de todos los grupos pol�ticos de la c�mara, su condici�n de v�ctimas del terrorismo, mediante declaraci�n institucional el 3 de marzo de 2006. En esa misma declaraci�n se instaba al Gobierno de Madrid a acoger a estas v�ctimas en la Ley de Solidaridad con las V�ctimas del Terrorismo o, en su defecto, elaborar otra ley para ser contempladas con los mismos derechos. Pues bien, ni el Gobierno espa�ol, ni el vasco han cumplido la voluntad un�nime del Parlamento. Solamente algunos afectados han sido contemplados en la Ley de Memoria, una ley claramente discriminatoria, si la comparamos con la de Solidaridad, en la aplicaci�n de derechos y prestaciones. Mucho nos tememos que la nueva ley de reconocimiento integral a las v�ctimas del terrorismo planteada recientemente en el Congreso espa�ol tampoco va a acoger a las v�ctimas de la violencia del Estado y que este tampoco va a elaborar una ley espec�fica para estas v�ctimas en el mismo sentido de reconocimiento y consideraci�n.
5-El objetivo prioritario de la sociedad vasca, 35 a�os despu�s de la muerte del genocida dictador general Franco y tres de la promulgaci�n de la Ley de Memoria Hist�rica, es el reconocimiento de las v�ctimas y la derogaci�n de la Ley de Amnist�a de 1977, que en la pr�ctica se ha convertido en una Ley de Punto Final que ampara la impunidad, contraviniendo la legalidad internacional e incumpliendo los convenios internacionales firmados por el Estado espa�ol, seg�n los cuales los cr�menes de lesa humanidad nunca prescriben.
En definitiva, celebraciones como el �D�a de la Memoria� son una muestra m�s de la nula voluntad de romper con el esquema de vencedores y vencidos heredado del franquismo. Esta celebraci�n no recoge el sentir de los luchadores antifascistas, gudaris, milicianos, obreros y estudiantes que desde la legitimidad de su lucha siguen sufriendo las consecuencias de la impunidad sobre los responsables directos de la represi�n y la de sus herederos ideol�gicos.
En cualquier caso, y en aras a la b�squeda de escenarios de acercamiento y convivencia, es imprescindible que se materialice el reconocimiento de la igualdad de derechos entre las v�ctimas. Llegado ese momento podr�amos establecer los par�metros y actuaciones conjuntas para hacer visible el sufrimiento de todas las v�ctimas de todas las violencias. Con ello se dar�a un paso fundamental hacia un acercamiento y una reconciliaci�n que tanto necesita nuestro pueblo y que, hoy en d�a, es imposible de alcanzar debido a la inexistencia de una voluntad clara por parte de las actuales instituciones de investigar la verdad y hacer justicia sobre los cr�menes cometidos por el franquismo y el Estado, con lo que se vuelve a imponer una discriminaci�n que celebraciones como la que se pretende implantar hoy, 10 de noviembre, no hacen m�s que ahondar y consolidar.