Habrá partido navideño de la selección. Y muchos se darán por satisfechos con que se retome la celebración de una fiesta que, en opinión de los protagonistas, debería ir bastante más allá.

Es precisamente el objeto final de esa jornada, su esencia, el que ha separado a Federación y futbolistas en los últimos años. Y, de hecho, sigue haciéndolo. Porque como explicaron ayer los jugadores en una nota pública, tampoco esta vez se ha alcanzado ningún acuerdo con la Federación, a la que acusan no sólo de «no tener la voluntad de dar pasos en pro de la oficialidad», sino de mantener un doble discurso al respecto, incumpliendo permanentemente los compromisos adoptados.

Pese a ello, los futbolistas han tomado «la decisión de jugar, para acabar con las interpretaciones interesadas y para que la sociedad tenga claro que los futbolistas vascos estamos siempre dispuestos a defender nuestros colores, en el campo o en cualquier otro lugar». Pero sus intenciones tienen poco que ver con el aspecto folclórico o, más aún, pecunario con el que se conforma la Federación. «Sólo quiere organizar los partidos con el objetivo de obtener un beneficio económico -denuncian-. Ésa es la verdadera preocupación que tiene respecto a la selección. Para redondear el presupuesto anual, a la Federación Vasca le resulta imprescindible esa fuente de ingresos. Y eso es lo que le empuja a realizar el esfuerzo de organizar el partido, no el sueño de la oficialidad de nuestra selección».

De ahí que, frente a la postura federativa, los futbolistas realicen un llamamiento para que las comparecencias de la selección no se reduzcan a festivales anuales de carácter recaudatorio. «Hemos tomado la decisión de vestir la elástica de nuestro pueblo. Y, uniéndonos a la voluntad de los aficionados vascos y de la mayoría de la sociedad, nos gustaría que el partido navideño fuera un día de reivindicación de nuestro derecho y no un acto teatral para recaudar dinero», insisten.

Los jugadores, de hecho, quieren que «este partido suponga el final de un ciclo y el principio de una nueva era. Estamos dispuestos a jugar este año, pero mirando al futuro, creemos que habrá que trabajar también en otros ámbitos». Algo para lo que solicitan la ayuda de la sociedad vasca. «Hay mucho trabajo por hacer y queremos decir, con sinceridad, que los jugadores no nos vemos capaces de recorrer todo el camino en solitario. Por eso, con total humildad, queremos pedir ayuda a la sociedad vasca y especialmente a quienes puedan realizar su aportación en este ámbito, para que entre todos construyamos el camino hacia la oficialidad».

Falta de sinceridad

Una ayuda que no ha llegado, ni tienen demasiadas esperanzas de que llegue, por parte de la Federación. En primer lugar, porque ésta no ha atendido a ninguna de las reclamaciones planteadas en sus reuniones: el carácter nacional de la selección; la representatividad, por tanto, de los siete territorios; la reivindicación pública y unánime de la oficialidad; el intento de trabajar con el fútbol navarro y de Ipar Euskal Herria así como la organización de partidos en estos territorios; la petición de admisión de la selección en fechas FIFA; o la puesta en marcha de un Torneo Internacional).

Pero también porque se han sentido engañados. Tanto por las filtraciones interesadas a la prensa como, sobre todo, por lo que consideran un doble juego de la Federación, que no defiende en público lo que aparentenmente acuerda en privado.

«Queremos que, si no se admite alguna condición o hay intención de trabajar en alguna de las propuestas planteadas, se diga y se explique de manera clara, a nosotros y a la sociedad, para que no haya malentendidos. Lo único que pedimos es sinceridad. Y si no se hace algo, que quede claro por qué es: porque no se puede o porque no se quiere», sentencian.