Día internacional contra la violencia hacia las mujeres
«La violencia patriarcal debe quedar recogida en la memoria colectiva»
Una plaza. Esa es la forma de reconocimiento explícito que solicita la Asamblea de Mujeres de Bizkaia para las víctimas de la violencia patriarcal. Una manera de reparar el abandono y la invisibilidad que sufren todas las mujeres que ven su vida truncada por el simple hecho de ser mujeres. Más de tres mil personas se han adherido ya a la campaña para romper con la «impunidad» y para honrar, a su vez, la lucha feminista por la igualdad.
Oihana LLORENTE | BILBO
Las víctimas mortales de la violencia que se ejerce contra las mujeres conforman la cara más dramática de esta problemática social que, en lo que va de año, ha acarreado la muerte de seis ciudadanas vascas.
Con objeto de hacer perdurar el recuerdo de estas mujeres, y reparar a su vez «el abandono y la invisibilidad» que sufren todas las víctimas de la violencia sexista, la Asamblea de Mujeres de Bizkaia ha emprendido una campaña para solicitar al consistorio bilbaino que la actual plaza de San Vicente pase a denominarse plaza 25 de noviembre, día internacional contra la violencia hacia las mujeres.
Maitena Monroy, militante de la asamblea, considera necesario activar procesos de elaboración de la memoria y contribuir, de esta manera, a la construcción de la memoria histórica de las mujeres. Concretamente, demandan la creación de un lugar de la memoria como «instrumento imprescindible para que la violencia contra las mujeres no sea jamás olvidada» y para fortalecer el proceso de deslegitimación de las conductas violentas contra las mujeres.
Saben que la forma más eficaz para erradicar esta violencia se asienta en la prevención. Por ello, exigen «romper con el silencio y la impunidad» y hacer visible la huella que la violencia sexista ha dejado en nuestra memoria social.
El escrito, que se ha difundido fundamentalmente vía Internet, cosechando en menos de un mes cerca de tres mil adhesiones, solicita también al Ayuntamiento que organice un concurso para erigir en esta plaza un lugar de la memoria. Un espacio con el que se pretende dar reconocimiento a las víctimas de la violencia sexista y otorgar legitimidad a la lucha feminista por la igualdad.