La empresa austriaca A-Tec, propietaria de Babcock, se ha declarado insolvente y pone en peligro el futuro de los trabajadores de Trapagaran. El comité ha confirmado que la situación es «muy grave», dado que la dirección de la empresa comunicó que «sólo cuenta con fondos económicos para pagar la nómina de noviembre».

El comité informará hoy a la plantilla en asamblea de la situación por la que atraviesan y que confirma que la privatización que llevó adelante SEPI ha sido un nuevo fracaso, como la anterior con la alemana Borsig.

Los responsables de A-Tec comunicaron que «cada empresa del grupo se tiene que valer por sí misma» y que «a partir de ahora desaparecen los dueños» y «queda el administrador judicial». Esta insolvencia implica, según confirmaron a GARA desde el comité, que «la austriaca no va a mandar dinero a Babcock ni se va a hacer cargo de los problemas que tenga la compañía ni de proyectos posibles».

En la reunión entre la dirección de la empresa de bienes de equipo y el comité se produjo «un fuerte encontronazo entre la directora financiera y el nuevo director general que, en realidad, todavía no ocupa el puesto del anterior, Iñaki Avellanal, que está a la espera de que le paguen el finiquito para cerrar su relación con A-Tec.

El comité de Babcock mira a Madrid porque es la segunda ocasión en que el Gobierno español privatiza la empresa de forma precipitada y provocando un fracaso. La anterior fue la alemana Borsig, que «compró» Babcock cuando estaba en quiebra, mientras que la austriaca A-Tec tomó las riendas de la empresa de Trapagaran con planes industriales que «no se han cumplido» y lo que es más grave, «SEPI no ha hecho nada por evitar esta situación, sólo entorpecer».