Alguien albergó en algún recoveco de su maltratado cerebro siquiera la más pequeña de las dudas acerca de la omnipotencia de la Administración estadounidense para con cualesquiera de los países que se llaman «sus aliados»?

Los llamados «papeles secretos» del Departamento de Estado norteamericano aireados a través de Wikileaks describen cómo Hillary Clinton ordena a sus diplomáticos espiar al Consejo de Seguridad de la ONU, incluido su Secretario General. ¿A qué se debe el deseo de controlar todos los pasos y las vidas de los miembros de un Consejo que únicamente mueve sus caderas al ritmo star spangled banner, mal traducido como «barras y estrellas»? Por lo visto, desde aquello de la becaria, a Hillary le gusta llevar el control de una manera directa, sabiendo en todo momento a qué dedican el tiempo libre los que trabajan a su servicio.

Dicen las filtraciones, y lo dicen por escrito, que ministros, jueces y fiscales españoles se cuadran ante los diferentes virreyes que el imperio destina a esta una de sus colonias de ultramar. Actúan al dictado de dichos virreyes/embajadores.

-¿Lo de José Couso? Una pena, señor embajador, pero no se preocupe, ya me encargo yo. Póngame a los pies de su señora.

-¿Investigar nosotros lo de Guantánamo? Por Dios, señor embajador, de ninguna manera. Son cosas normales, propias de la investigación. Aquí ocurre lo mismo. Se empeñan en no hablar, en no colaborar... y claro. Déjelo en nuestras manos y vuelvo a ponerme a los pies de su señora.

¿De verdad existe alguien, habitante de la península ibérica, que no tuviera la certeza de que aquí la cosa pública (cada vez más privada) se administra con la aquiescencia del imperio? ¿Nadie recuerda ya la existencia -va para 56 años- de las bases militares? ¿No pertenecemos acaso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte?

España colaboró con los viajes ilegales de detenidos cediendo tanto su espacio aéreo como sus pistas de aterrizaje. Detenidos sistemáticamente torturados. Policías españoles ayudaron en alguno de los interrogatorios a presos en Guantánamo. ¿Y por qué no? ¿Por qué debían comportarse de manera diferente a la habitual?

¿Que Berlusconi ha resultado ser un macarra comprador de los favores sexuales de jovencitas, que se pone chato a follar en sus mansiones; el pequeño y acomplejado Sarkozy, de familia inmigrante, un déspota xenófobo; el democrático Putin un sinvergüenza, y el sátrapa Mohamed VI un corrupto que habita en un palacio similar a la cueva de Alí Babá? ¡Virgen santa! Nooo-me-lo-pueeedo-de-creeeer.

¿Que Israel es su perro de presa en Oriente Medio; Irán, Corea del Norte, Venezuela, Bolivia, Ecuador y cualesquiera de los Estados y naciones que no se plieguen a sus intereses económicos o geoestratégicos sus enemigos? Algo, creo yo, deberíamos sospechar. Más que nada por la historia contemporánea.

Graciosa la declaración de Aznar al embajador norteamericano: «Si veo a España desesperada, quizá tendría que volver a la política». Vuelve, chiquitín, vuelve ahora, por Navidad