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Bizkaia Bilbao Basket cae ante el Gran Canaria 2014

Pitos, enojo... y Warren en la banca

Fisher fue el mejor de los hombres de negro en su debut. Gran Canaria anotó los triples y aprovechó los errores locales para ganar.

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BIZKAIA BILBAO BASKET 72

GRAN CANARIA 75

Arnaitz GORRITI

Janis Blums erraba el triple que hubiese significado el empate a 75. El rebote fue bilbaino y sobre la bocina, Josh Fisher, el mejor de los de negro, pudo lanzar, pero tampoco anotó. Anteriormente, Jackson penetró, pero se asustó y dobló a Hervelle, que lanzó una piedra desde 5 metros que no tocó aro. Y Warren, que no jugó nada, y Mumbrú, líder en otros partidos, pero que ayer se quedó en cero puntos, lo vieron todo desde el banquillo. La Copa se aleja, y mucho.

Tal fue el desbarajuste de inicio de los hombres de negro, arrancando mal una vez más con un adverso 0-10, que Katsikaris dio entrada al hijo pródigo Fisher antes de tres minutos. De hecho, fue el propio Fisher, con ocho de los diez primeros puntos de su equipo, el encargado de inaugurar el casillero local. Asimismo, visto el atolondramiento de Jackson y Rodríguez, debió ser él el encargado de dirigir. El ex temporero demostró, en resumen, estar mejor integrado que varios de los hombres de negro.

Se volvieron a ver los errores del arranque de Granada: blandura atrás, donde una vez más Hervelle debió de ejercer de apagafuegos de los pívots, y espesura en ataque, donde, por suerte, apareció a tiempo la muñeca de Vasileiadis. Gran Canaria movía el balón con criterio y, con Carroll y Rey como puntales anotadores, los de Pedro Martínez -que debieron jugar con la segunda equipación de Bizkaia Bilbao Basket debido al conocido jaleo aeroportuario-, llegaron con ventaja, 15-20 al final del primer cuarto.

El ataque mejoró sensiblemente en el segundo período, donde destacó un mayor número de balones a los interiores o para los cortes de los aleros -donde se intercalaron canastas con incomprensibles fallos-. La defensa seguía sufriendo, sobre todo permitiendo bastantes rebotes en ataque al cuadro isleño, pero la anotación bastaba para ir tirando.

Este cambio de estilo provocó multitud de faltas -no hay que olvidar las penetraciones de Jackson, ya que ni Green, ni Bellas lograban pararlo- para los de Katsikaris, de modo que pudieron recortar la diferencia desde la línea de 4,60 metros, hasta el punto de voltearlo con un triple de Jackson, 32-30, y llegar por delante al descanso: 37-34, tras el tercer triple de Fisher.

Desaprovechando oportunidades

Pudo haber sentenciado el cuadro bilbaino el partido en el tercer cuarto, ya que esta vez sí salió con la debida concentración y apretando en defensa.

Pero entre que Taurean Green se puso a clavar triples a diestro y siniestro y que los hombres de negro tampoco parecían por la labor de establecer una velocidad de crucero, la cosa se equilibró en seguida, pasando del 42-34 al empate a 44.

Ahí seguía Vasileiadis, con una nueva de sus «conexiones» en el tiro, para devolver golpe por golpe. El otro tirador especialista, Janis Blums, le tomó el relevo para dejar a los suyos levemente por arriba, 57-55, al inicio del último cuarto.

Y ahí pudo marcharse otra vez Bizkaia Bilbao Basket, de haber ajustado su defensa. Pero no lo hizo, sobre todo porque Jackson se cubrió de faltas. Perdió rebotes a tutiplén y sufrió ante Rey. Además, el número de balones perdidos aumentó en el peor momento. Green puso a los canarios por delante y esta vez no hubo milagro. Sí hubo pitos para una afición que salió del Bilbao Arena muy enojado.

Demasiados errores

Bandejas erradas a tutiplén, Mumbrú jugando su peor partido desde que llegó a Bilbo y Chris Warren defenestrado. Demasiados errores que desembocaron en derrota y enervaron a los aficionados.

Fotis Katsikaris: «Creo que jugamos muy presionados en nuestra cancha»

Volvieron los lamentos a las declaraciones de Fotis Katsikaris. El técnico heleno adujo «un problema mental» para explicar los altibajos de un Bilbao Basket que desaprovechó sus opciones de victoria.

«Ha sido una derrota dolorosa. En el tercer cuarto, con ocho puntos de ventaja, pudimos romper el partido, pero empataron rápido y faltó concentración en defensa».

«Tengo la impresión de que jugamos muy presionados en casa. Ellos han anotado en momentos críticos y han tenido la ventaja psicológica para controlar al final», añadió.

Sobre Warren, Katsikaris adujo cuestiones tácticas y el buen partido de Fisher para decidir dejarlo sentado durante los 40 minutos.

«No es momento para llorar, sino levantar la cabeza y seguir luchando hasta el final», culminó.

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