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Marlaska encarcela a los seis jóvenes tras desoír sus denuncias
Tras cinco días de incomunicación, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska envió a prisión anoche a seis jóvenes y decretó libertad bajo fianza de 18.000 euros para los letrados. Los encarcelados han denunciado haber sufrido malos tratos.
GARA | DONOSTIA
Los jóvenes independentistas Saioa Zubiaur, Ainhoa Villaverde, Garazi Autor, Oihana López, Izaskun Goñi y Eneko Villegas fueron enviados ayer a prisión por orden del juez Fernando Grande-Marlaska. A todos ellos les imputa un delito de «integración» en ETA al considerarlos «miembros de Segi». El magistrado de la Audiencia Nacional también acordó el ingreso en prisión eludible bajo fianza de 18.000 euros para los abogados Haizea Ziluaga y Haritz Escudero, a los que imputa «un delito de colaboración». Según informaron las agencias de información citando fuentes jurídicas, ambos abonaron las fianzas ayer por la tarde.
Los detenidos fueron conducidos a la Audiencia Nacional española ayer al mediodía y comparecieron ante Fernando Grande-Marlaska en régimen de incomunicación, por lo que no pudieron ser asistidos por abogados de confianza. Durante la toma de declaración, que se prolongó durante cuatro horas, muchos de los detenidos se negaron a contestar el interrogatorio, desmintieron las acusaciones y denunciaron ante el juez haber sufrido torturas.
Según informaron desde el movimiento pro amnistía, los seis jóvenes enviados a prisión relataron a sus abogados que recibieron malos tratos y que fueron obligados a declarar que eran «miembros de Segi». En cuanto a los dos letrados, informan que el trato ha sido «correcto», a pesar de que, en un momento concreto, Ziluaga recibió dos bofetadas.
Contenido del auto
En el auto, Grande-Marlaska dice que Haizea Ziluaga y Haritz Escudero no se limitaban a ejercer funciones de abogados, sino que les acusa de impartir a los miembros de Segi «distintas directrices de actuación», así como las medidas de seguridad que debían adoptar «y caso de ser detenidos información que deben dar para evitar otras acciones judiciales».
Así, relata que a Escudero se le intervino una carta que le envió Xabat Morán desde la cárcel de Estremera, en la que éste explica cómo se desarrolló su detención, su puesta a disposición judicial y su envío a prisión. La misiva, afirma el juez, «se ajusta a las consignas impartidas por la banda terrorista ETA», que añade que su contenido constituye «los primeros datos de urgencia» que todos los arrestados realizan «siguiendo instrucciones».
De una de las detenidas y enviadas a prisión ayer a la noche, Izaskun Goñi, se le acusa por parte del juez de tener en su poder un documento en el que se refleja «la estrategia diseñada por Segi denominada `Maresma sarea' (tela de araña), que tiene como última finalidad reactivar el frente juvenil del entramada etarra».
Con más ilusión que nunca
Los jóvenes independentistas, por su parte, se reafirmaron ayer en su compromiso de seguir trabajando a favor de Euskal Herria. A través de un nota, recordaron que en mes y medio el Estado español ha arrestado a más de 20 jóvenes y más de 50 en las tres operaciones policiales sucedidas el último año. Además, aseguraron que «es aún mayor» el número de jóvenes que «han tenido que huir».
Explicaron que «el único delito» cometido por los jóvenes arrestados es el «compromiso» por Euskal Herria, «su delito es trabajar a favor de la independencia y el socialismo construyendo iniciativas y alternativas», dijeron. Así pues, los independentistas situaron esta nueva operación como «un ataque al momento histórico que se vive en Euskal Herria», porque creen que «abrir las puertas que dan a la solución del conflicto, supondrá el declive del Estado». «Pero no se dan cuenta ¯declararon¯ de que con su salvaje borrachera represiva no podrán con nosotros. Por cada ataque, más jóvenes nos unimos a esta lucha».
Durante la vista oral, los peritos explicaron que entre los efectos incautados había materiales para realizar cócteles molotov, «además de unos guantes con ADN del acusado». La defensa explicó que el joven de Atarrabia utilizaba guantes de látex en la fábrica en la que trabajaba o en los talleres de serigrafía en los que participaba. Además, añadió que estos guantes eran «reutilizados» por otras muchas personas, por lo que no queda acreditado que fuera su cliente quien los colocara en el lugar. Así pues, reclamó la libre absolución por «insuficiencia de material probatorio».
El fiscal trató de inculpar al joven alegando que en su domicilio se encontró el libro «Los hombres de ETA» o pegatinas con emblemas de otras organizaciones. GARA