Qué tienen que ver los estados de Maryland y Luisiana en USA con Suecia? Llevamos unos días que en esas secciones del batiburrillo informativo de los noticiarios televisivos nos ofrecen imágenes entre sobrecogedoras y provocadoras de miedos ancestrales, en las que se ven unas carreteras norteamericanas con muchas aves muertas sobre el asfalto. Pasan junto a los cadáveres de las docenas de pájaros unas furgonetas rurales de alto caballaje, esquivando los cuerpos sin vida, y en el plano más repetido uno se siente formando parte de una cámara subjetiva perteneciente a una experimentación visual, y no mirando una noticia bien contada.

La última frase del párrafo anterior es una reflexión sobrevenida, una especie de flash que ha dejado en oscuridad mi cavidad craneal. Cuando alguien habla de mirlos negros, siento un pálpito en mi bajo vientre, un escalofrío recorre mi espina dorsal. ¿Los mirlos blancos traen buena suerte? ¿Por qué mueren centenares de mirlos negros? Nos dicen que es a causa de los cohetes festivos. Del ruido de las tormentas de los últimos días. ¿Tanta pirotecnia emplean en sus celebraciones? Primero fue Maryland, después sucedió en Luisiana, y posteriormente sucedió algo muy similar en Suecia. ¿Tormentas, fuegos artificiales, estrés? He leído, escuchado, que alguien dice que se trata de un experimento científico. Más miedo. ¿Un experimento farmacéutico con mirlos negros? ¿Qué tienen que ver los mirlos negros con nosotros?

Encadenando noticias, resulta que en Alemania han cerrado más de mil granjas de cerdos, gallinas y pollos porque existe una contaminación con dioxinas en los piensos que usaban. ¿Cuántos kilos de pechugas, de chuletas de cerdo, cuántas docenas de huevos han entrado en el sistema de consumo intoxicados con esas dioxinas? Miedo, porque esto ha sucedido en Alemania, donde se supone que funcionan los controles preventivos. ¿Qué comemos? Pánico: mañana podemos acabar caídos en cualquier esquina, arrojados a cualquier arroyo, copando hospitales, enriqueciendo a los suministradores de vacunas contra las fiebres de los mirlos negros, pero alimentados por productos de consumo primario sin seguridad sanitaria. Mercado.