Maite SOROA | msoroa@gara.net
Otra teoría conspirativa
El indudable éxito de la manifestación del sábado en Bilbo resulta insufrible para los elementos más reacios a ver con objetividad la realidad vasca.
Más de sesenta mil ciudadanas y ciudadanos demandaron lo que es un clamor en Euskal Herria y los elementos más obtusos del nacionalismo hispano prefirieron ver otra cosa.
Iñaki Ezkerra, en «La Razón», mostraba síntomas de histeria: «Para la Audiencia Nacional no iba a ser una manifestación de Batasuna, pero en ella se pasearon las fotos de los presos de ETA, se amenazó con que ETA seguirá asesinando si no hay amnistía y estuvieron presentes Rufi Etxebarria, Tasio Erkizia, Joseba Permach, Jone Goirizelaia, Iñigo Iruin, Maria Beitialarrangoitia, Txelui Montero... Allí sólo faltaba Josu Ter- nera para que fuera directamente una mani de ETA con `kaputxas', hachas y serpientes incluidas». Ya ven que se la va la pinza al tío.
Según el columnista, la manifestación supuso: «Una inyección de moral al mundillo etarra y la desmoralización de los demócratas, la ofensa a las víctimas del terrorismo y la omnipresencia de la banda en los medios de comunicación, la artificial revalorización de ese anunciado comunicado que no le interesa a nadie y de la mal llamada `tregua' que, además de ridícula, ya que la ha propiciado el trabajo de la Fuerzas de Seguridad, está de antemano pringada de apellidos rimbombantes hasta lo insufrible: `unilateral', `indefenida', `verificable'...».
No estoy tan segura de que no interese a nadie.
Y Ezkerra se adentra en la teoría conspirativa: «Una vez más, ETA nos mide en nuestra capacidad de reacción. La pregunta aquí es si nos está midiendo sólo la organización terrorista o hay alguien más intentando calcular qué `coste político' tendría colar a ETA en las municipales». Las cosas son más sencillas, Ezkerra.
Y concluye preguntándose, «¿Se ha convertido en un termómetro de nuestra actitud ante ETA la Audiencia Nacional? No, no iba a ser una manifestación de Batasuna... Yo lo que sé es que al juez Pedraz nunca lo contrataría como echadora de cartas».
Definitivamente, Ezkerra, las cosas son muchísimo más sencillas.