Numerosas personalidades políticas, de derecha e izquierda, mostraron ayer su deseo de que se acelere la retirada de las fuerzas francesas de Afganistán, prevista para 2014.

Estas voces surgen tras la muerte el sábado de Antoine de Leocour y Vincent Delory, dos rehenes franceses en Níger, probablemente ejecutados, según París, por Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

El 19 de noviembre, este grupo, que mantiene secuestrados a otros cinco franceses en el Sahel, exigió la retirada de las tropas francesas de Afganistán.

«Necesitamos un calendario cerrado, para que nuestra presencia militar allí deje de ser una presencia que aparezca como una fuerza de ocupación», declaró ayer el ex primer ministro Dominique de Villepin, rival en el seno de la derecha del presidente Nicolas Sarkozy, en la radio Europe 1.

«Desde el verano de 2011 se debería poder asistir a una retirada de algunas fuerzas internacionales», dijo a LCI Axel Poniatowski, presidente de la Comisión de Exteriores de la Asamblea Nacional.

Por su parte, responsables del opositor PS reclamaron más debate sobre el compromiso francés en Afganistán.

«Deberíamos haber tenido un debate sobre la cuestión del compromiso francés en Afganistán. Pero no hoy, en caliente», declaró a RMC el ex primer ministro Laurent Fabius, en referencia a la muerte de los dos rehenes franceses en Níger.

La candidata a la Presidencia por el PS en las elecciones de 2007, Ségolène Royal, volvió a reclamar que se ponga en marcha un calendario de retirada, tras la muerte el sábado de un soldado natural de la región de Poitou-Charentes que preside.

«Es un drama terrible ver a estos jóvenes perder la vida», declaró Royal. «Y vuelvo a decir que ahora hace falta comprometerse con un calendario de retirada y un debate democrático en el Parlamento para saber cuál es hoy la utilidad de la presencia de las fuerzas francesas y su misión» en Afganistán.

«Los franceses tienen el derecho a saber y comprender por qué el Ejército francés está en Afganistán», insistió.

Menos de un tercio de los franceses (29%) son favorables a la intervención militar en Afganistán, mientras que el 70% se opone a ella, según un sondeo de julio de 2010.

Pero, a diferencia de lo que ocurre en otros países, la cuestión no ha provocado debate en el Estado francés, ya que ningún gran partido se opone a la presencia militar en Afganistán.