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Sudán del Sur se vuelca con vistas a garantizar la validez del referéndum

La victoria del «sí» en el referéndum de autodeterminación se da por descontada pero deberá superar el listón del 60% de los inscritos para ser validada. Eso explica la masiva afluencia a las urnas en los dos primeros días en Sudán del Sur, secundada por los refugiados en otros países y, en mucha menor medida, por los desplazados en el norte del Estado. El enconamiento del conflicto en el enclave de Abyei arroja la única sombra al proceso electoral aún en curso.

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Los sudaneses del sur participaban masivamente ayer en el referéndum de independencia en el segundo día de una votación histórica en África y que supondrá, no solo la partición del mayor estado africano, sino también, lo que es más importante, la primera redefinición de fronteras en el continente no marcada por las potencias coloniales y sus insensibles cartabones, sino por la voluntad popular.

En la Universidad de Juba, capital de Sudán del Sur, largas filas de votantes esperaban en las puertas de uno de los colegios. Muchos electores habían llegado durante la noche con la esperanza de poder depositar su voto en las urnas.

«He llegado a las dos de la madrugada. Ayer (por el domingo), quería votar, pero las colas eran demasiado largas, por lo que decidí esperar un día», relataba James Khor Kchol, de 28 años.

«Yo también he venido a las cinco de la mañana porque ayer intenté votar pero estaba todo abarrotado. Nací en 1955, justo cuando comenzó la primera guerra civil. No he conocido más de diez años de paz en mi vida», coincidía Lometa Hassan.

También en Rumbek, la antigua capital sudista, se formaron ante los colegios electorales largas colas de gente que intentaba protegerse del sol bajo la sombra de los árboles. «Ha sido una odisea, pero tenía que venir a votar. Es importante votar por la libertad», explicaba Combi Martin, un estudiante que pedaleó durante dos días a lomos de su bicicleta para hacer el trayecto desde su aldea hasta Rumbek.

Desde el principio

Sudán del Sur ha sufrido dos guerras de liberación contra el norte del país; la primera, de 1955 hasta 1972 y la última, de 1983 a 2005. Estas guerras dejaron un saldo de 2,5 millones de muertos y al menos 4 millones de personas desplazadas. El acuerdo de paz que puso fin a la segunda guerra preveía la celebración de un referéndum de autodeterminación en Sudán del Sur el 9 de enero de 2011, un compromiso que muchos observadores creían imposible hasta hace unos meses pero que finalmente ha sido respetado.

Durante los siete días que durará el referéndum, las oficinas electorales abren a las ocho de la mañana y cierran a las cinco de la tarde. El domingo, primer día de esta histórica votación, la afluencia fue tal que muchos colegios tuvieron que retrasar el horario del cierre.

Por contra, en el norte de Sudán, donde están inscritas más de 115.000 personas procedentes del sur con derecho a voto, la participación era más débil.

Más de cuatro millones de personas están inscritas en el Sur, en el Norte y en otros países limítrofes. Aunque la victoria de la oposición autodeterminista se da por hecha tanto por los analistas como por la clase política de Jartum, al menos el 60% de los inscritos debe votar para que el referéndum sea convalidado. Es por ello que los portavoces políticos sudistas continúan apelando a la población a acudir en masa a los colegios electorales.

«Es el momento histórico que los sudaneses del sur estábamos esperando», urgió el líder sudista Salva Kiir tras depositar su voto el pasado domingo.

El primer día, el 20% del censo

La tasa de participación en el primero de los siete días que durará el referéndum rozaba ya el 20% de los inscritos.

«El porcentaje de los que votaron ayer (por el domingo) en los estados del Norte era del 14% y en el Sur superó el 20%», anunció Paulino Wanawilla Unango, miembro de la comisión organizadora de la consulta.

Si bien es cierto que la afluencia a las urnas era ayer menor con respecto a la del domingo, los responsables de las mesas electorales señalaron a última hora que ya había votado cerca de la mitad de los electores inscritos en el Sur.

Y no sólo en lo que todavía es Sudán. Los sureños residentes en Kenia también acudieron en masa a votar en el primer día del referéndum, según informaron ayer los medios locales.

De las cerca de 60.000 personas registradas para votar en el extranjero, algo más de 15.000 residen en Kenia; de ellas 5.000 en Nairobi y otras 5.000 en el campo de refugiados de Kakuma.

En unas declaraciones a los periodistas tras visitar el Buró del Referéndum del Sur de Sudán (SSRB), el ex presidente de EEUU Jimmy Carter, que dirige un centro que se ocupa de supervisar las elecciones en países en vías de desarrollo, se declaró «muy orgulloso» de la marcha de la votación. «El compromiso de la gente de Sudán del Sur es firme hacia la democracia y para decidir su futuro. No ha habido intimidación ni señales de irregularidades», agregó.

«Todo se está llevando de una forma admirable y tengo fe en que todo el proceso será limpio y honesto», comentó Carter a la puerta de la sede del SSRB, acompañado del presidente de ese órgano, Chan Reek Madut, y del ex secretario general de la ONU Kofi Annan.

Carter destacó que «el mundo entero» está siguiendo la consulta y también estará pendiente de los resultados finales. «Estamos muy orgullosos de lo que ha ocurrido hasta ahora en este referéndum», insistió.

Kofi Annan, por su parte, hizo votos para que se resuelvan pronto los litigios pendientes, como el estatus del enclave limítrofe de Abyei, que se ubica a caballo entre el norte y el sur y cuyos habitantes deberán decidir a cuál de los dos estados se vinculan, aunque la consulta ha sido aplazada sine die. El ex secretario general de la ONU también pidió un esfuerzo para que los resultados se conozcan lo antes posible.

La comisión organizadora del referéndum anunció ayer que tras el cierre de los colegios electorales, el próximo sábado, los primeros resultados no oficiales se conocerán la próxima semana aunque habrá que esperar al 2 de febrero a los definitivos.

El jefe del SSRB, por su parte, al justificar por qué la votación se prolonga durante siete días, dijo que el sur de Sudán, cuya extensión supera los 600.000 kilómetros cuadrados, apenas tiene carreteras asfaltadas y carece de medios de transporte parecidos a los de otros países de un tamaño parecido.

La excepción

La situación es prácticamente tranquila en la mayoría de la región, a excepción de la provincia de Abyei, donde un choque armado entre miembros de dos tribus rivales, la árabe Al Masiriya y la africana Dinka Naquq, causó una veintena de muertos el fin de semana. El balance provisional de víctimas mortales en la zona se eleva ya a 33.

Ambas partes se acusan mutuamente del inicio de las hostilidades. Autoridades de la región dijeron que, con el fin de calmar el área de Abyei, el próximo 12 de febrero habrá una reunión de representantes del Gobierno de Jartum y de Juba, junto con líderes tribales.

El domingo, después de los combates, la máxima autoridad administrativa de Abyei, Deng Arop, aseguró que las dos tribus habían acordado mantener una tregua.

El conflicto de Abyei se debe a que la tribu Al Masiriya quiere conservar sus derechos de pastoreo en el territorio y teme que si la provincia se vincula a la probable independencia del Sur, propiciada por la tribu rival, perderá ese privilegio.

La espinosa cuestión de la deuda del país

El ex presidente de EEUU Jimmy Carter, que sigue el referéndum como observador desde Juba, anunció ayer que el presidente sudanés, Omar al-Bachir, le ha asegurado que el Norte asumirá toda la deuda estatal sea cual sea el resultado electoral. «He hablado con el presidente y me ha asegurado que asumirá el total de la deuda. Por tanto, el Sur nacerá sin acreedores», señaló.

Sudán, que tiene una deuda estimada de 36.000 millones de dólares, incluidos 30.000 millones por retrasos en los pagos -siempre según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI)-, insiste en los últimos meses en exigir que le sea condonada.

Ésta es una de las cuestiones más espinosas que deberán negociar el actual poder de Jartum y los antiguos rebeldes sudistas del Movimiento Popular para la Liberación de Sudán de aquí al 9 de julio si el referéndum es validado por el nivel de participación. Otros temas primordiales son la seguridad, la ciudadanía, el respeto a los tratados internacionales y la economía, sin olvidar los recursos petroleros, concentrados en el sur. GARA

VIOLENCIA EN ABYEI

Los combates entre tribus nómadas árabes y nativos en Abyei se han saldado estos días con la muerte de 33 personas. Tanto Jartum como los secesionistas sudistas tratan de calmar la situación.

CLINTON

Desde Abu Dhabi, la secretaria de Estado de EEUU, Hilary Clinton, instó a los países de la región a ayudar tanto al Gobierno de Jartum como al previsible nuevo Estado centroafricano.

DESDE EL EXILIO

La masiva afluencia a las urnas de los ciudadanos del sur exiliados en otros países africanos contrastaba con la «abstención» de muchos de los desplazados en el norte de Sudán.

Wardi, el corazón partido de un nubio que lleva medio siglo cantando por la unidad

Auténtico icono de la música en Sudán, Mohamed al-Wardi lleva 50 años luchando por los derechos humanos en el país y cantando por su unidad. «Para mí es muy difícil. Estoy triste y espero que, si el Sur elige la separación, vuelva un día a unirse al Norte», lamenta este hombre de 81 años. El decano de los cantautores sudaneses, que comenzó su carrera política justo tras la independencia del país, en 1956, sigue a día de hoy llenando las salas en sus cada vez más ocasionales conciertos.

En la noche del 31 de diciembre, un millar de personas acudieron a su recital en un club de Jartum. El anciano, que necesita la ayuda de dos personas para moverse, no defraudó a sus seguidores. «Todo el mundo ama a Mohamed Wardi, es el músico más popular del país. Siempre ha cantado a Sudán, a la política. Es comunista y siempre ha trabajado por la unidad del país», explica Mai, una madre de familia y fan incondicional.

Y es que Wardi es, más allá de su faceta artística, una personalidad política, lo que le ha causado muchos problemas. En los años 70, fue encarcelado acusado de apoyar a los autores de una intentona golpista.

Pese a reconocerse como unionista, apoyó públicamente al sudista y guerrillero Movimiento Popular por la Liberación de Sudán, actualmente en el poder en el Sur. En Sudán, los comunistas son ante todo laicos y es por eso que, durante la guerra civil, muchos militantes comunistas nordistas apoyaron el proyecto de un «nuevo Sudán», laico y federal, promovido por el líder sudista John Garang, fallecido tras firmar el acuerdo de paz en 2005. Los laicos del Norte temen que la separación del Sur refuerce la tendencia del islam político. El propio Wardi sufrió diez años de exilio tras la llegada al poder de Omar al-Bachir a remolque de un golpe de Estado apoyado por los islamistas y que le ha mantenido hasta hoy en el poder.

Para muchos, entre ellos para Ahmed, un sudanés de 24 años admirador del cantante, Wardi encarna la diversidad sudanesa ya que es nubio, una antigua etnia no árabe del norte de Sudán. «Cuando llegó a Jartum, en sus inicios cantaba en nubio y luego empezó a cantar en árabe, ganándose los corazones de los sudaneses», recuerda el joven. GARA

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