Joaquín Caparrós cumple su cuarta temporada al frente del Athletic y, a un partido de que concluya la primera vuelta, los números del equipo se mantienen desde la llegada del técnico utrerano. Si se trata de estancamiento o de regularidad, es cuestión de interpretaciones.

Lo cierto es que si los rojiblancos se imponen el sábado al Racing, llegarán al ecuador de la Liga con 29 puntos: siete más que en la temporada 07/08; tres más que en la 08/09 y uno menos que hace un año, cuando alcanzó su techo. Unas cifras que mantienen al Athletic en la zona noble de la clasificación pero que, al menos en los años precedentes, le han impedido alcanzar lo que ya se ha convertido en su único objetivo de la presente campaña: alcanzar Europa por clasificación liguera.

Ni qué decir tiene que no era esa la meta en la temporada del debut del utrerano. Con dos temporadas de infarto a sus espaldas, el equipo se dio con un canto en los dientes por llegar a junio en la misma posición que en el ecuador de la Liga. Entonces fue 11º, casi a la misma distancia de posiciones europeas (diez puntos) que de los puestos de descenso (ocho).

Las cosas empezaron algo mejor una temporada después, cuando el Athletic concluyó la primera vuelta en la novena plaza. La brillante trayectoria copera del equipo acabó por mediatizar toda la temporada y, frente a los 26 puntos que había conseguido hasta el ecuador de la Liga, los rojiblancos tuvieron que conformarse con sólo 18 de ahí al final. Los justos para asegurarse la salvación, no en vano concluyó con sólo dos puntos de colchón respecto al descenso.

Eliminado a la primera de la competición del k.o. el pasado año, al Athletic no le quedó otra que centrarse en Liga. Y, aunque sus números mejoraron, no lo hicieron lo suficiente como para asegurar su presencia en competiciones europeas. Ya la primera vuelta acabó con el equipo en la octava plaza, a tres puntos de la sexta, y el bajón en su rendimiento en la segunda parte de la Liga -sobre todo a domicilio, con el casillero de victorias inédito- le alejó aún más de un puesto que acabó adjudicándose el Getafe.

La trayectoria será muy similar si los bilbainos se imponen al Racing. Alcanzarán los 29 puntos -uno menos que hace un año- pero, a expensas de lo que hagan sus predecesores, difícilmente alcanzará el ecuador liguero en posiciones europeas. Algo que exigirá un esfuerzo, mejorar sus números en la segunda vuelta, que sólo una vez -en su primera temporada- ha conseguido con Joaquín Caparrós en el banquillo.

Muchos goles

Si algo llama la atención en la trayectoria del Athletic desde la llegada del andaluz son los números en defensa. Una de las características que, precisamente, parecía definir a Caparrós antes de su etapa rojiblanca, se ha acabado convirtiendo en su mayor quebradero de cabeza. Sólo en su primera temporada al frente del equipo fueron buenas las cifras, no en vano el Athletic concluyó la Liga como el cuarto equipo menos goleado.

De ahí en adelante, las cosas han ido de mal en peor. En la temporada 08/09, los bilbainos acabaron la primera vuelta con 29 goles en contra (1'5 por partido) y la temporada con 62 (1'6), lo que le convirtió en el tercer equipo más goleado de la categoría. Unos números que mejoraron ligeramente el año pasado, con 24 goles encajados en el ecuador y 53 en el final de Liga, lo que le situó en la zona media/baja de la categoría en cuanto a rendimiento defensivo.

Los números han vuelto a caer esta temporada, en la que el Athletic ha encajado ya 30 goles en 18 partidos, lo que le sitúa entre los peores de la Liga.

Es evidente que Caparrós no ha encontrado la manera de proteger la portería rojiblanca. El «estamos trabajando en ello» que no ha dejado de repetir en las tres últimas campañas no acaba de encontrar reflejo en el campo, donde las pruebas continuas se convierten en otro síntoma del quebradero de cabeza que supone para el técnico mejorar el bagaje defensivo de su equipo: el utrerano ha utilizado a una veintena de zagueros en sus tres temporadas y media al frente del equipo. Sólo cinco (Iraola, Ustaritz, Amorebieta, Ocio y Koikili) se mantienen desde su llegada y, del resto, apenas San José ha conseguido ganarse su confianza.

Una carencia que, si no encuentra solución, volverá a lastrar la trayectoria rojiblanca.