UPN declaró ayer que Hatortxu Rock, un festival de música cuya suspensión había solicitado por ser sus beneficios para los familiares de presos, «ha supuesto una ofensa para todas las personas que son víctimas de la barbarie de ETA y una vergüenza para la sociedad navarra en general».

Los conciertos se celebraron el viernes y el sábado en Zizur Nagusia «sin incidentes», según el alcalde, Pedro Huarte (de NaBai), aunque condenó el incidente registrado el sábado, tras el último concierto y «fuera del recinto», según declaró el primer edil. La agresión se produjo cuando unos agentes se acercaron hasta varios jóvenes que asistían al festival para identificarlos. Al parecer, uno de ellos agredió a un agente de la Policía Municipal provocándole lesiones en una pierna.

Esta agresión fue también condenada ayer por el grupo municipal de UPN en el Ayuntamiento de Zizur Nagusia. Así, destacaron que las declaraciones del primer edil «afirmando que la agresión se produjo fuera del recinto donde se celebraba el concierto» resultan «ofensivas».

Días antes, Huarte destacó que no había motivo para prohibir su celebración porque «nunca había pasado nada».