El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, criticó ayer a los ocho jugadores que firmaron un manifiesto de apoyo a la movilización por los derechos de los presos al declarar que les ha trasmitido «con claridad» que «con su pronunciamiento comprometen y han comprometido a la Real Sociedad, que es patrimonio común de todos los accionistas y de toda la afición. Que en esa afición y en ese accionariado la ideología es plural y que, por lo tanto, los jugadores con su pronunciamiento no han contribuido, ni contribuyen a la unidad, ni a mejorar el posicionamiento de la Real».

El presidente realista rompió el silencio público que el Consejo ha mantenido ante la presión recibida durante toda la semana por medios de comunicación de Madrid, que han manipulado el tema para linchar a los jugadores y al club. Ante esa campaña, Aperribay señaló «de forma clara» que su Consejo «lamenta que este hecho haya sido utilizado y haya servido para distorsionar la imagen de la Real Sociedad, que no se corresponde con muchas cosas que hemos leído y que han sido injustas».

Aperribay quiso recalcar que «los jugadores lo hicieron de forma individual, no estaban en representación de la Real. Fue un pronunciamiento a favor de una manifestación legal y, cuando hablamos de derechos individuales, están en su derecho».

Añadió que el tema se ha tratado internamente y que la Real es una «SAD que no debe meterse en asuntos políticos». Además trasmitió que el Consejo «reitera inequívocamente su apoyo a todos los derechos humanos y singularmente y de forma prevalente al derecho a la vida y al rechazo de la violencia». De este modo, Aperribay apoya esos derechos y se manifiesta así pero critica que hagan lo mismo sus futbolistas a título individual.

Fiesta en el campo de Ibarra

Estas declaraciones tuvieron lugar en Arrasate en la sede de Astore, que visitaron jugadores y directivos del club tras la fiesta que se vivió en el campo de Ibarra en Aretxabaleta, donde se demostró que la unidad de la familia realista no corría ningún peligro por todo lo sucedido la semana pasada. Una multitud, sobre todo niños y niñas que constituyen el futuro de este club, se acercó al campo de Ibarra para ver el entrenamiento de los blanquiazules e intentar lograr después sus fotografías y autógrafos. Carlos Martínez acudió a Ibarra, pero sigue sin poder trabajar al mismo ritmo que los demás compañeros.

Borja Viguera no se acercó a Aretxabaleta porque su cesión estaba próxima a cerrarse. Los demás trabajaron divididos en dos grupos y después acudieron a la sede de Astore para ver las instalaciones de la empresa guipuzcoana que viste al club blanquiazul deportivamente.

Los realistas tendrán hoy una doble sesión de entrenamiento, a las diez de la mañana y a las cinco de la tarde a puerta abierta en Zubieta. Mañana y pasado los entrenamientos serán a puerta cerrada.