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EEUU llora las muertes de Tucson y trata de despejar incógnitas

El minuto de silencio para recordar a las víctimas del tiroteo del sábado en Tucson fue ayer una muestra de la conmoción que sacude a EEUU tras el atentado contra la congresista Gabrielle Giffords. Mientras, el FBI seguía investigando al autor de los disparos, Jared Loughner, priorizando la teoría de que era un desequilibrado que actuó solo.

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Shaun TANDON (AFP)

El autor del tiroteo de Arizona fue presentado ayer ante el juez, mientras EEUU se paralizó durante un minuto de silencio y de reflexión sobre las circunstancias del drama que provocó la muerte de seis personas y que una congresista se encuentre gravemente herida.

De Wall Street a la Casa Blanca, los estadounidenses se reunieron durante un minuto a las 17.00 [hora de Euskal Herria] en memoria de las seis personas muertas, entre ellas una niña de nueve años, así como en homenaje a la representante Gabrielle Giffords, gravemente herida, y a las otras trece personas dañadas en el tiroteo del sábado en Tucson.

Ante la Casa Blanca, el presidente Barack Obama y su mujer Michelle participaron en la concentración, con la cabeza gacha y la cara seria, mientras sonaba una campana. Cientos de personas se sumaron a la concentración que al mismo tiempo se celebró ante el Capitolio, sede del Congreso, cuya bandera estaba a media asta.

Michel Lemole, el neurocirujano que operó a Giffords, se declaró «profundamente optimista» sobre su restablecimiento. Subrayó que la representante era «capaz de comunicarse» con los médicos respondiendo a «órdenes simples».

El autor de los disparos, Jared Loughner, de 22 años, fue detenido en el lugar de los hechos y acusado el domingo por el fiscal de Arizona de dos homicidios, el del asistente de Giffords y un juez federal, y de tres intentos de homicidio.

El director del FBI, Robert Mueller, señaló que podrían presentarse nuevas acusaciones «según avance la investigación».

El acusado, natural de Tucson, tenía antecedentes judiciales y guardó silencio después de su detención. Compareció por primera vez ante un juez ayer a las 14.00 [22.00, en Euskal Herria] en Phoenix, capital de Arizona.

Sus motivos seguían siendo desconocidos. Mueller confirmó que Giffords era el objetivo de Loughner, que había asistido a una de sus reuniones en 2007.

En una caja fuerte en casa de sus padres, los investigadores encontraron un sobre en el que estaban escritas las frases «Lo tengo todo previsto», «Mi asesinato», el nombre de Giffords y lo que parece ser la firma del autor de los disparos.

Sin esperar a conocer su móvil, numerosos blogueros de izquierda hicieron referencia al atentado para denunciar al Partido Republicano y a los ultraconservadores de Tea Party, acusándoles de «crear un clima que incita a la violencia».

Pero los diarios publicaban la fotografía de un joven mentalmente muy inestable, autor de vídeos y de textos bizarros difundidos por Internet y rechazado por el Ejército debido a su consumo de drogas.

Jared Loughner fue expulsado el año pasado de una universidad en la que estudiaba un curso de matemáticas, tras haber acosado a profesores y a alumnos, que temían que pudiera cometer una masacre.

«Cuando escribía en la pizarra, me daba la vuelta rápidamente para ver si había sacado un arma», contó el profesor Benjamin McGahee, citado por «The Washington Post».

Loughner fue finalmente expulsado por la dirección de la universidad, que le comunicó que podría ser readmitido si presentaba un certificado siquiátrico que precisara que no suponía ningún peligro para la sociedad.

Poco después de su expulsión, sin embargo, Loughner pudo adquirir sin problemas el arma con la que cometió la masacre de Tucson.

Por otra parte, Daniel Hernández, el joven ayudante de Giffords que la ayudó tras el tiroteo y probablemente evitó su muerte, negó ayer ser un héroe como le consideran ya muchos en EEUU. «No creo que sea un héroe. Creo que hacer algo desinteresado no es algo heroico», declaró al diario «Wildcat».

«Creo que los héroes son personas como la congresista Gabrielle Giffords, que dedican sus vidas al servicio público», añadió Hernández.

Obama: «La respuesta mostró lo mejor de EEUU»

Barack Obama aseguró ayer que la respuesta al tiroteo de Tucson mostró «lo mejor del país».

En declaraciones a la prensa tras reunirse con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, Obama se refirió al tiroteo para afirmar que «EEUU todavía sigue conmocionado y dolorido».

Según el presidente estadounidense, las reacciones inmediatas al tiroteo, entre ellas las de una mujer que pudo impedir que el atacante pudiera recargar su arma, «ponen de manifiesto lo mejor del país».

«En los próximos días tendremos tiempo para reflexionar. Ahora es necesario unirnos como país», añadió Obama. GARA

«No colabora»

El sheriff del condado de Pima, Clarence Dupnik, señaló que el detenido Jared Loughner «no está diciendo una palabra» a los investigadores, aunque destacó que las autoridades piensan que actuó solo.

La congresista Giffords permanece estable, según los médicos

La congresista estadounidense Gabrielle Giffords permanecía estable, seguía respondiendo a órdenes simples y no sufría inflamación adicional del cerebro, dijeron ayer los médicos que la tratan en el hospital University Medical Center de Tucson.

«El que no haya cambios es bueno», explicó en una rueda de prensa televisada Michael Lemole, jefe de la unidad de Neurocirugía del hospital, quien consideró también positivo el que no hubiera aumentado la inflamación del cerebro.

Lemole dijo que a partir de hoy los médicos se sentirán más aliviados si la inflamación no aumenta. En cualquier caso, señaló que es demasiado pronto para saber si Giffords podrá volver a hablar, mientras que otro doctor dijo que podría perder la visión. GARA

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