París y Berlín quieren imponer su modelo de presupuestos a toda la UE
El primer ministro francés, François Fillon, afirmó ayer que uno de los objetivos de su gobierno para este año será imponer, junto a Alemania, «una trayectoria virtuosa» a los presupuestos del resto de miembros de la Unión Europea, lo que supone limitaciones en el déficit y deuda de cada país. Fillon aseguró que la situación que vive la zona del euro no se debe a una crisis de la moneda única, sino a los modelos de crecimiento de algunos de los estados miembros.
GARA | PARÍS
El primer ministro francés, François Fillon, señaló ayer que su país y Alemania, por su papel «eminente» en la Unión Europea (UE), tienen tres grandes objetivos este año, incluido el de «imponer en el plano presupuestario una trayectoria virtuosa a todos los estados europeos».
En este sentido, Fillon insistió en la misma idea que su Gobierno ha plasmado en la propuesta de crear un «Tesoro Europeo» reservado exclusivamente a Alemania y el Estado francés en un principio, en el que sólo admitirían a los países que respeten esa «trayectoria virtuosa», que se traduce en limitar el déficit público al máximo del 3%.
Los otros dos objetivos son «reforzar la unión política» con una estructuración de la gobernanza de la UE y reorientar los programas de investigación europeos de forma que se rentabilicen al máximo por la industria, explicó Fillon en un acto de felicitación del Año Nuevo a la prensa.
El jefe del Ejecutivo francés, que dijo estar «inquieto por el escepticismo que rodea la Unión Europea», afirmó que «esta no es la crisis del euro, sino ante todo la crisis de los países debilitados por la recesión económica, que ha revelado y amplificado las lagunas de sus modelos de crecimiento».
Defensa del euro
Sin citar el nombre de ningún país de la moneda única en particular, señaló que «en la mayor parte (...) los ajustes se han hecho inevitables» y se habrían tenido que llevar a cabo aunque no hubieran formado parte de la zona euro.
Es más, insistió en que «esta crisis no cuestiona ni la pertinencia del euro ni los beneficios que ha aportado con más de diez años de estabilidad de tipos de cambio», y para ilustrar esos beneficios recordó que «la situación de las finanzas públicas en la zona euro en su conjunto está menos deteriorada que la de Estados Unidos y Japón tanto en términos de déficit como de deuda». Fillon quiso ver el lado positivo del contexto actual al señalar que «el euro es un proyecto irrevocable y las dificultades que afrontamos tienen al menos el mérito de relanzar el principio de una dirección política reforzada de la Unión Europea y de una mayor integración de los países que comparten la misma moneda».
El primer ministro francés también reiteró el objetivo de que la economía de su país crezca este año el 2%, tras haberlo hecho «cerca del 1,6%» en 2010.
Igualmente se reafirmó en el compromiso de que el déficit público francés, que ha sido del 7,7% del PIB el pasado ejercicio, disminuya al 6% en 2011, al 4,6% en 2012 y al 3% en 2013.
El jefe del Gobierno francés indicó que no se plantea un incremento de la presión fiscal en el Estado francés teniendo en cuenta que «es una de las más elevadas de Europa» y que, a pesar de las próximas citas electorales, en su país van a continuar con las reformas.
Entre los «grandes desafíos» que tiene su país, nombró la competitividad, el «desendeudamiento», el envejecimiento de la población, el desarrollo sostenible, «la identidad de Francia» y la Europa política.
El primer ministro francés, François Fillon, aseguró, sin referirse a ningún país en concreto, que no se trata de una crisis del euro, sino de los estados debilitados por la recesión económica, que ha revelado «lagunas en sus modelos de crecimiento».
Los indicadores mensuales que publica la OCDE sobre la actividad económica de sus miembros reflejan las perspectivas a la baja de Portugal (31 centésimas menos hasta los 100,86 puntos), y del Estado español (24 centésimas menos, hasta 102,56), a la vez que suben los de la zona del euro, Estado francés, Alemania e Irlanda.
La intervención del Banco Central Europeo (BCE) dio ayer un respiro a Portugal, que vio bajar los intereses que penalizan su deuda soberana por debajo del nivel del 7%, considerado crítico por los expertos y el propio Gobierno luso. Las intervenciones compradoras del BCE llevaron el bono a diez años, que sirve de referencia en el mercado, a cerrar en el 6,99% tras haber superado el 7,1%.
Fuentes del mercado y especialistas de los medios económicos lusos consideraron ese descenso un alivio para la creciente presión que sufre Portugal, aunque no parece suficiente para tranquilizar al país, que el miércoles realizará una subasta de deuda de entre 750 y 1.250 millones de euros en obligaciones a tres y diez años. El leve descenso que consiguió el BCE fue considerado por analistas lusos una muestra de que Portugal continúa bajo el foco de los especuladores, que castigan el déficit público y la posibilidad de que no pueda hacer frente a sus compromisos financieros. Esto puede llegar a ocurrir precisamente si los intereses exigidos para su refinanciación se mantienen tan altos. Las dudas sobre Portugal arrastraron a la deuda española, cuya prima de riesgo se situó al cierre de la sesión en los 270 puntos básicos, después de que llegase a alcanzar los 275, una cota que no registraba desde noviembre de 2010.
Por otro lado, la Comisión Europea negó ayer que los países de la eurozona estén presionando a Portugal para que acepte un rescate del fondo de 750.000 millones de euros creado por la UE y el FMI. «No ejercemos presión sobre nadie, pero defendemos el euro», argumentó por su parte el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, a este respecto. GARA
