CRíTICA cine

«Blog»

Mikel INSAUSTI I

Es una una pena que la debutante Elena Trapé no se haya atrevido a llevar el prometedor planteamiento de “Blog” hasta sus últimas consecuencias y que haya acabado traicionando una propuesta que exigía un mayor rigor y coherencia por su parte, más aún contando con el respaldo de la ESCAC, la Escuela Audiovisual de Barcelona, que se distingue por la absoluta libertad creativa que da a los alumnos cuando llegan a la realización. Su ópera prima funciona de forma extraordinariamente gráfica en el apartado documental, cuando deja que las propias chicas del casting se expresen libremente ante la minicámara digital o las webcams de sus respectivos ordenadores personales. Es una apuesta que da sus frutos y el experimento evidencia que para conocer a las adolescentes de hoy en día hay que aprender a hablar su idioma, que es el de los textos de móvil o de chat. La naturalidad y la espontaneidad con que se comunican las integrantes de esa red escolar es superior a la que podría lograrse mediante cualquier dramatización, y el caso del embarazo múltiple que las une es sólo una excusa para que digan lo que sienten con respecto a la vida, el sexo, la moda, las amigas, los estudios, la familia y demás asuntos de su interés.

Todo el esquema testimonial y no narrativo de “Blog” se viene abajo durante el episodio del viaje de fin de estudios a Mallorca, por culpa de un brusco cambio de registro en el que la película adopta el formato convencional de una comedia romántica juvenil, con un artificioso montaje musical de las escenas de amor en los camarotes del ferry a base de elipsis y en clave «melo». Una tramposa licencia extensible a la escena en que las quinceañeras ven y comentan un video porno, dejando al descubierto la incapacidad para romper las barreras físicas y buscar la verdad de la situación sin falsos pudores. Cierto es que se trata de menores y no puede haber sexo explícito, pero había que mantener el enfoque directo para no caer en el reflejo edulcorado de «la primera vez».