Poco faltó para que el Real Madrid encadenase su segundo disgusto consecutivo. El responsable fue esta vez el Mallorca, que ya se la lió al equipo de Mourinho en la primera jornada del campeonato y que ayer estuvo a punto de repetir en el Santiago Bernabéu.

Pero el acierto estuvo con los merengues. Más concretamente con el discutidísimo Benzema, que anotaba el único gol del choque en el minuto 60. Antes, Nsué había estrellado un balón en el palo y después, ya en el descuento, Casillas evitó el empate ante Webó. La victoria permite al equipo madrileño mantenerse a cuatro puntos del Barcelona.

También se tuvo que currar el Villarreal la victoria frente a la Real (2-1) y echar mano del árbitro el Valencia para hacerse con los tres puntos frente al Málaga (4-3), marcadores que mantienen a ambos en zona de Champions.

A la espera de lo que suceda hoy en San Mamés, también los puestos de Europa League siguen como estaban. Más o menos. Porque al Espanyol no hay quien le tosa -ayer se impuso en Getafe por 1-3 tras haber empezado perdiendo- y el Atlético es adicto a las campanadas. La última llegó ayer en Gijón, donde cayó por la mínima después de que un error en defensa regalara el tanto de la victoria al Sporting.

Más movimientos ha provocado el arranque de la segunda vuelta en la zona baja de la clasificación. El principal beneficiado es el Zaragoza, que con su victoria por la mínima frente al Deportivo abandona los puestos de descenso y provoca que ocho equipos tengan que preocuparse por su situación.

También le fue bien al Almería. Su triunfo ante Osasuna -el primero de la temporada en su estadio- le deja a un punto de la salvación, frontera que ahora marcan los rojillos, y relega al Levante al farolillo rojo.