GARA > Idatzia > Euskal Herria

No todas las personas tienen derechos en la «guerra al navajero»

No es la primera vez en que se denuncian actuaciones discriminatorias de los cuerpos policiales. Lo más grave y alarmante es que se pretende que no haya testigos de las arbitrariedades

Agustín GOIKOETXEA

La seguridad es, sin duda, uno de los estandartes de la política del alcalde de Bilbo y candidato a la reelección por el PNV, defensor a ultranza de los derechos de las grandes corporaciones y de sus negocios. Iñaki Azkuna, a sus 68 años recién cumplidos, no se quiere jubilar de recibir distinciones -la última la de Caballero de la Legión de Honor de Francia por ceder a su Gobierno unos locales para reabrir el Instituto Francés, que clausuró en junio de 2007 por la «crisis económica»- y de cobrar nómina del erario público.

El médico quiere emular a aquellos alcaldes del ordeno y mando del pasado villano, y por ello se ha esmerado en dotar a la Policía Municipal de medios con los que alimentar su «guerra al navajero». El populismo encharca sus declaraciones en las que, periodicamente, saca a relucir su espíritu manporrero, que agrada a los sectores más rancios y preocupa, porqué negarlo, a aquellos bilbainos que ven como se gasta moqueta roja y genuflexiones con los «poderosos», ya sean banqueros, visitantes extranjeros o alguna actriz de moda de los años mozos del primer edil, mientras se persigue o se difunden mensajes que estigmatizan a bilbainos, venidos de más lejos que Durango, por el mero hecho de vestir «diferente» o tener otro color de piel. Éstos, al parecer, no tienen los mismos derechos, o se pueden sacrificar para defender los de los sectores «más pudientes» que le votan y le sonríen ante sus gracietas.

No es la primera vez que se denuncia ante la opinión pública actuaciones policiales arbitrarias y discriminatorias ante la emergente población inmigrante, que trata de hacerse un hueco y sobrevivir en un Botxo cada vez más multicultural, pero en el que discursos como el de Azkuna alimentan la persecución xenófoba sin rubor. Lo grave y alarmante es que se pretende que no haya testigos.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo