Por iniciativa de Ezker Batua, el Parlamento de Gasteiz respaldó ayer con los votos de PNV, PSE, Aralar, EB y EA -y con el único rechazo del PP-, el cierre definitivo de la central nuclear de Garoña, cuya clausura se comprometió a llevar a cabo el Gobier- no español para julio del 2013. Este hecho coincidió justo con el anuncio de la canciller alemana, Angela Merkel, de que su Gobierno cerrará temporalmente las siete centrales nucleares del país operativas desde antes de 1980.

Es la segunda vez en dos años que la Cámara de Gasteiz exige la clausura de la central burgalesa, muy próxima a Araba, pero a su vez la primera después de que una enmienda del PNV y CIU a la Ley de Economía Sostenible, apoyada por el PSOE, haya abierto la posibilidad de ampliar la vida útil de las centrales nucleares en el Estado más allá de los 40 años actuales.

El proponente de la iniciativa, Mikel Arana, mostró su preocupación por las consecuencias de esta modificación legislativa y preguntó qué pasará en julio de 2013, cuando expira el permiso de funcionamiento de Garoña. Dijo que aunque siga el PSOE gobernando en el Estado español tiene sus dudas de que vaya a cumplir su compromiso de cerrar Garoña.

Por su parte, el parlamentario del PNV, Norberto Aldaiturriaga, garantizó la fecha del cierre de la central si no hay cambio en La Moncloa, pero advirtió de que «si gana el PP, Garoña va a seguir abierta». La portavoz del PSE, Natalia Rojo, reiteró lo dicho por Aldaiturriaga al afirmar que como espera que siga gobernando en PSOE en el Estado la próxima legislatura, «Garoña se cerrará en julio de 2013».

El representante del PP Carmelo Barrio, por su parte, indicó que ya se verá «lo que pasa con otros gobiernos, si son más o menos pro-nucleares», pero recordó que el actual ejecutivo «tampoco ha hecho nada en contra de la energía nuclear».

Tanto el parlamentario de Aralar Dani Maeztu como Juanjo Agirrezabala, de EA, pusieron encima de la mesa el debate sobre la seguridad de las centrales nucleares y pidieron que se apueste por las energías renovables, más limpias y seguras.

Mikel Arana insistió en que hay que reabrir el debate de las nucleares porque «la energía nuclear es segura hasta que deja de serlo». Dijo también que lo sucedido en Japón «nada tiene que ver con Garoña, pero sí se debe tener en cuenta que las centrales nucleares no son tan seguras» como se decía.

En el día de ayer se aprobó también una enmienda transada por PNV, Aralar y EB, que contiene un segundo punto en el que se insta al Gobierno de Lakua a hacer gestiones para incorporar a los municipios vascos cercanos a Garoña a los planes de dinamización industrial del Gobierno. En este punto en PP votó a favor y el PSE en contra porque «Europa impide que estos municipios vascos estén dentro de estos planes».

Nuclenor intenta calmar

En este contexto, el responsable de Relaciones Externas de Nuclenor, empresa propietaria de la central nuclear Santa María de Garoña, Antonio Cornadó, afirmó que está preparada para resistir movimientos sísmicos mucho más fuertes que los que los expertos determinan que se pueden registrar en la zona donde está instalada, y que también aguntaría fenómenos por viento, lluvia, inundaciones, avenidas o incendios.

Cornadó reconoció en el día de ayer que Garoña tiene algunos aspectos comunes en cuanto a diseño, antigüedad, potencia y sistema tecnológico con la planta de Fukushima afectada en Japón por el terremoto de la semana pasada, pero que cada central adecúa sus condiciones de seguridad a la zona en la que se encuentra y estas condiciones se revisan teniendo en cuenta las posibles riesgos naturales que se pueden producir.

La central nuclear de Garoña es la más antigua del Estado español, abierta desde 1971.