
Fran�ois Ozon: �No creo que Sarkozy sea mis�gino, ama demasiado a las mujeres�
El prol�fico realizador franc�s Fran�ois Ozon vuelve a uno de sus g�neros favoritos, el vodevil, en �Potiche, mujeres al poder�, cinta que se estrena esta semana en las salas del Estado espa�ol.
Mateo SANCHO (EFE) | MADRID
En �Potiche, mujeres al poder�, con Catherine Deneuve, Fran�ois Ozon revisa el feminismo y la misoginia que percibi� en 2005 entre Nicolas Sarkozy y S�gol�ne Royal. �No creo que Sarkozy sea mis�gino, ama demasiado a las mujeres�, aseguraba en el pasado festival de Venecia el realizador que, en su adaptaci�n de la obra de Barillet y Gr�dy, vuelve a los terrenos de la comedia de boulevard que le dieron el �xito en �Ocho mujeres�.
Ozon vio esta obra �hace mucho tiempo� y pens� que estaba �un poco anticuada�, pero, seg�n coment�, durante la campa�a presidencial que protagonizaron en 2005 en el Estado franc�s el conservador Sarkozy y la socialista Royal se dio cuenta �de que la misoginia estaba ah� entre las clases pol�ticas�.
Pero si algo tiene �Potiche, mujeres al poder� es que se r�e de las ideolog�as en general: de las dobles morales que germinan en lo conservador y tambi�n en lo aperturista. �Los mis�ginos no solo estaban en la derecha, sino tambi�n en la izquierda. De hecho, lo m�s agresivo contra S�gol�ne -rememora- lleg� de su propio partido�.
�Potiche� significa en franc�s algo as� como �mujer florero� y, con la distancia que le da su colorista recreaci�n de los a�os setenta y con la qu�mica ya casi gui�olesca que se establece entre Catherine Deneuve y G�rard Deparideu, Ozon crea su pizpireta farsa sobre los roles de g�nero.
La protagonista se llama Suzanne Pujol (Deneuve), una burguesa que acostumbra a cocinar y pasear en ch�ndal por los jardines de su finca y que, de la noche a la ma�ana, tiene que asumir las riendas de la f�brica de paraguas que dirige desp�ticamente su marido, secuestrado en una revuelta sindical.
Con la inocencia de una mujer que vive entre algodones, el personaje de la protagonista de �Belle de Jour� despliega desde su desconocimiento empresarial una pol�tica de recursos humanos con la que �quiere ser una madre para todo el mundo�.
As�, empieza a escuchar una a una las demandas de sus trabajadores hasta convertirse en una hero�na del proletariado y reencontrase con su antiguo amante, ahora miembro del partido comunista, a quien da vida Depardieu.
�Mujeres florero�
Ozon, que ha demostrado su habilidad para el drama sutil en �Mi refugio� o �Bajo la arena�, no deja de lanzar mensajes de profundo calado pese a las florituras estil�sticas de la parodia.
As�, esta �revoluci�n de las mujeres florero� es una cr�tica a que �en cuesti�n de g�nero las cosas han cambiado, pero no tanto� y al �xito que tienen a veces los mensajes pol�ticos m�s naif, que para el realizador �no son la manera de solucionar las cosas�.
�El paternalismo no es una buena manera de hacer pol�tica. Es gracioso porque en Francia el socialismo est� diciendo que tenemos que cuidar a la gente, lo que me parece que da actualidad a esta obra de teatro�, explica.
Como contrapunto a ese triunfo de lo epid�rmico, aparece la oronda pero entra�able figura del comunista que interpreta Depardieu, desencantado pero todav�a cerrado al hedonismo y que acabar� protagonizando un n�mero musical en una discoteca.
�Siento mucha ternura hacia ese personaje: es una peque�a met�fora de lo que pas� con el partido comunista en Francia, que perdi� fuerza en 1981 cuando Fran�ois Mitterrand los integr� en el Gobierno�, explica. Sin descuidar esa segunda lectura, �Potiche, mujeres al poder� no deja de apostar por el entretenimiento y la ligereza -traducida en un gran �xito comercial en su pa�s- as� como por el toque siempre sexy y m�s o menos homoer�tico de Ozon, siempre a juego con el refinamiento franc�s.
�Solo puedes hablar de lo que sabes. Yo hago las pel�culas lo m�s francesas que puedo y es la manera m�s honesta que tengo de hacer cine. Y el sexo siempre est� en el teatro de boulevard, tambi�n en las obras de Moli�re... es algo tambi�n muy franc�s�, concluye.