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«Invasión a la Tierra», que empieza y acaba en Los Ángeles de California

Superproducción bélica de Neal H. Moritz, uno de los hombres más poderosos del Hollywood actual, realizada por el sudafricano Jonathan Liebesman con un estilo visual cercano al empleado por Spielberg en «Salvar al solado Ryan». Es un himno patriótico a los marines yanquis.
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M.I. | DONOSTIA

Una vez más, es el título de la versión doblada al castellano el que puede confundir al público, haciéndole pensar que va a ver una película de ciencia-ficción, cuando no es así. Tal como indica un título original en inglés que no engaña, «Battle: Los Angeles» es una cinta bélica. Cierto es que hay por medio una invasión alienígena, pero en todo momento esa fuerza del exterior es contemplada como un ejército enemigo con el que hay que combatir, lo mismo que si fueran los comunistas de «Amanecer rojo».

La acción es vista en todo momento desde la perspectiva de los marines yanquis, quienes han de sacrificarse para salvar a su patria de un ataque desproporcionado, por cuanto emplea armas desconocidas de poder ilimitado.

La batalla de Los Ángeles

La justificación histórica para un planteamiento tan belicista con respecto a la presencia extraterrestre, la encuentra el productor Neal H. Moritz en un episodio de la II Guerra Mundial. Tras el ataque a Pearl Harbor en 1942, se dio en EEUU un estado de paranoia colectiva, el cual provocó un misterioso incidente. Saltaron las alarmas antiaéreas en Santa Mónica, al ver sobre el cielo de California extrañas naves, pero los disparos efectuados desde tierra no hicieron ningún blanco, porque los objetos voladores no identificados se desplazaban a demasiada velocidad.

Lo que el guionista Christopher Bertolini plantea ahora es que se tratara de una supuesta maniobra de observación para preparar un futuro ataque extraterrestre sobre Los Ángeles. Su imaginación no le da más que para especular sobre una batalla en dicha ciudad con fuerzas desiguales, compensadas por el espíritu de sacrifico de los marines, rescatando a las víctimas civiles a tiempo para lanzar la explosiva y victoriosa contraofensiva final.

El héroe de la función es un modesto sargento encarnado por Aaron Eckhart, que tenía planes para pasar a la reserva, pero al que la precipitación de los acontecimientos le obligarán a dar un paso al frente y ponerse en primera línea de combate. Sus frases son menos que elementales ya que, a falta de unos diálogos coherentes, la película lo fía todo a la espectacularidad de los efectos especiales.

Neal H. Moritz ha reunido un presupuesto por encima de los cien millones de dólares, volcados al servicio de la hiperactiva puesta en escena del sudafricano Jonatan Liebesman, con una cámara que no para de moverse de un lado para otro, y que sólo se detiene para contemplar los fuegos de artificio. «Invasión a la tierra» acaba siendo un cruce entre «Black Hawk derribado» e «Independence Day», aunque las referencias o otras superproducciones bélicas y catastrofistas son una constante, copiando ideas sobre morfología alienígena a la mucho más original y arriesgada «District 9».

PERSPECTIVA YANQUI

La acción es vista en todo momento desde la perspectiva de los marines yanquis, quienes han de sacrificarse para salvar a su patria de un ataque desproporcionado, por cuanto emplea armas desconocidas de poder ilimitado.

Estreno

Título original: `Battle: Los Angeles».

Dirección: Jonathan Liebesman.

Guión: Christopher Bertolini.

Intérpretes: Aaron Eckhart, Michael Peña.

País: EEUU, 2011.

Duración: 116 m.

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