Suele ser la primavera un tiempo revoltoso, en la que jornadas ventosas, calurosas y lluviosas se suceden, preparando el terreno para el, téoricamente, más apacible verano. El Athletic no es inmune este año a los caprichos de la estación, en la que se jugará su futuro deportivo e institucional. Para el solsticio de verano, el club habrá elegido a su nueva -o no- directiva y sabrá si regresa a Europa.

Es el nivel institucional el que se presenta especialmente convulso. No hace demasiado tiempo que, pese a que sigue sin confirmar oficialmente si se presentará a la reelección, Fernando García Macua parecía tener asegurado por otros cuatro años el sillón de Ibaigane. En los mentideros del entorno rojiblanco se especulaba con la posibilidad de que un grupo con peso decidiera sacar toda su artillería en cuanto el «caso Iurbenor» quemara etapas, pero el presidente rojiblanco ya no está imputado, lo que inhabilita lo que, sin duda, habría sido la mayor andanada en su contra y parecía aplacar los ánimos de esa supuesta candidatura.

Hace escasas semanas, sin embargo, parte de la oposición a Macua dio un paso adelante cuando César García anunció que Athletic Eup, que ya intentó concurrir a los anteriores comicios -finalmente se quedó fuera por falta de avales-, volvería a intentarlo, al menos si no había otra plataforma dispuesta a hacerlo. No parecía una amenaza suficiente para el presidente, cuya gestión convence a buena parte de la masa social, que en los últimos tiempos ha sabido apuntarse tantos mediáticos y/o preelectorales -el fichaje de Ander Herrera, una postura firme en las negociaciones por los derechos de televisión o incluso su arremetida pública contra los arbitrajes-, que espera ofrecer alguno más, en forma de renovación, en un futuro cercano y que además podría presentarse con la clasificación europea como argumento añadido.

Pero el panorama se le ha oscurecido en los últimos días, con la irrupción del nombre de Josu Urrutia. La experiencia de las pasadas elecciones, cuando formó parte del equipo deportivo de Juan Carlos Erkoreka, demuestra que su nombre no asegura nada. Pero si esta vez se decide a participar como candidato, la cosa puede cambiar. A nadie le cabe duda de que es unno de los hombres más queridos por la masa social rojiblanca, que le identifica plenamente con los valores del Athletic, como demostró su contundente designación para formar parte de la Comisión de reforma de los estatutos.

Ése es, precisamente, uno de los puntos álgidos de la actualidad institucional en las próximas semanas. Y también, con toda probabilidad, uno de los factores que puede influir en campaña. Urrutia forma parte de la Comisión, pero Macua es su presidente y si la reforma sale adelante -algo que no está nada claro ahora mismo-, sabrá añadirlo a su haber. La Asamblea, que se celebrará el próximo 11 de abril, puede coincidir, de hecho, con el anuncio de las elecciones, que debe realizarse 40 días antes de su celebración. Es uno de los motivos por los que la directiva actual se ve obligada a estudiar muy bien la fecha de los comicios. De la misma manera que el «sí» en esa Asamblea pasaría a engrosar la lista de logros de Macua, el «no» podría convertirse en un argumento de la oposición, por lo que las elecciones podrían anunciarse esta misma semana, para celebrarse a mediados de mayo. Una fecha temprana que también ofrecería menor margen de maniobra al resto de hipotéticas planchas.

Europa

El problema es que tanta premura podría afectar, además de a la oposición, al equipo, que juega en el otro gran frente de esta primavera. Aunque Iraola asegura que «en el vestuario no tiene por qué afectar» el proceso. «Hay que mantenerse al margen de todo eso y centrarse en un objetivo que es lo suficientemente atractivo como para que estemos mentalizados».

Atractivo y complicado. Porque el Athletic mantiene posiciones europeas, pero su trayectoria en las últimas jornadas -cuatro puntos de 21- ha menguado considerablemente su colchón y hace, además, que los puntos que restan por disputarse en casa se vean insuficientes para acabar en plaza de Europa League. Y eso cuando el equipo ha empezado a mostrar signos aparentes de cansancio.

Como ambas partes forman un todo, lo que suceda en estos nueve últimos partidos también incidirá en las elecciones. Si se consigue el pasaporte continental, será Macua quien pueda colocarse la medalla, junto al éxito de su apuesta por Joaquín Caparrós -si éste no escucha algún otro canto de sirena-. En caso contrario, serán sus oponentes quienes ganen un argumento más para el cambio de ciclo.