Alemania advierte de que la solución en Libia no puede ser militar
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, reconoció que la solución en Libia no puede ser militar y que debe ponerse en marcha un proceso político. El estancamiento de la situación en el campo de batalla ha dejado claros los límites de la intervención militar. Los rebeldes se mostraron dispuestos a un alto el fuego con condiciones, mientras medios británicos aseguraron que enviados de Muammar al-Gadafi intentan negociar una salida.
GARA
La situación en Libia se ha atascado en el campo de batalla. Los rebeldes no pueden avanzar sin apoyo de la aviación de la coalición contra Muamar al-Gadafi, y el líder libio no puede acabar con la rebelión mientras se mantengan las operaciones militares. Así que empiezan a escucharse otras opciones, desde las operaciones encubiertas, la entrada de tropas de tierra o la negociación. «La solución en Libia no puede resolverse por medios militares» reconoció ayer en Beijing el jefe de la diplomacia alemana, Guido Westerwelle.
«Sólo puede haber una solución política y debemos poner en marcha un proceso político», afirmó el ministro alemán durante un encuentro en la capital china con su homólogo en ese país, Yang Jiechi. A su juicio, ese proceso debería arrancar con un alto el fuego por parte de Gadafi». Por su parte,el ministro chino recordó que ambos países tienen reservas sobre la operación «a diferentes niveles. China se abstuvo en la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU que abrió las puertas a los ataques sobre Libia y se ha opuesto al uso de la fuerza, advirtiendo de que violaría el objetivo de protección a los civiles.
Mientras tanto, en Bengasi, la ciudad feudo de la rebelión en el oeste de libia, el dirigente de los insurgentes anunció su disposición a respetar un alto el fuego, pero sólo bajo dos condiciones: «que nuestros hermanos en las ciudades del oeste puedan expresarse libremente y que las fuerzas gadafistas que asedian nuestras ciudades se retiren», afirmó Mustafá Abdeljalil, dirigente del Consejo Nacional de Transición (CNT), poco después de un encuentor con el representante de la ONU en Libia, el jordano Abdel Ilah Jatib, que aseguró en una intervención en la cadena Al-Jazeera que «el principal objetivo de Naciones Unidas es obtener un alto el fuego duradero».
Poco después, el presidente del Consejo Nacional Libio, Mustafá Abdel Jalil, rechazó las condiciones impuestas por los rebeldes. «Nos están pidiendo que nos retiremos de nuestras propias ciudades. Si esto no es una locura no sé lo que es. No abandonaremos las ciudades», replicó desde Trípoli.
Contactos en Londres
Paralelamente, una fuente del Gobierno británico indicó a AFP, que un consejero de Gadafi en Trípoli, de visita a su familia, ha vuelto llevando «un duro mensaje» de Londres al coronel libio.
El Foregin Office no confirmó la información y subrayó que «en todos los contactos que tenemos, decimos claramente que Gadafi debe irse». Según el diario británico «The Guardian» y la BBC, Mohamed Ismail habría sido enviado a Londres para intentar buscar una salida al dirigente libio.
Y es que si las tropas han tenido éxitos en el terreno bélico, Gadafi ha sufrido un revés importante con el abandono de su ministro de Asuntos Exteriores, Musa Kusa, una de las principales figuras del Estado libio.
Por otro lado, el ex secretario general de la OTAN, George Robertson advirtió de que los aliados podrían tener que recurrir a tropas terrestres en Libia «si el desgaste continúa y no se puede salvar a los civiles solamente desde el aire». Los combates siguieron ayer por tercer día consecutivo en el entorno de la ciudad petrolífera de Brega, a 800 kilómetros al este de Trípoli.
Bombardeos
El almirante estadounidense Mike Mullen atribuyó a las condiciones meteorológicas que las fuerzas de Gadafi hayan podido llevar a cabo su contraofensiva. «El mayor problema de la coalición estos tres o cuatro días ha sido el tiempo. Eso más que ninguna otra cosa ha reducido, sin eliminarla, la eficacia de los aviones encargados de los ataques, que a veces no pueden ver los objetivos con precisión», afirmó.
Las fuerzas bajo el mando de la operación «Protector Unificado» de la OTAN han realizado un total de 178 patrullas aéras, incluido un «reducido» número de ataques en tierra contra objetivos militares, en las primeras 24 horas tras asumir el mando de la operación.
Un médico libio aseguró ayer que siete personas habían muerto el miércoles en un bombardeo de la coalición sobre Brega. Igualmente, el Gobierno libio acusó a los estados de la coalición de «crímenes contra la humanidad por haber causado estas muertes».
Por su parte, el portavoz de los revolucionarios Mustafa Geriani dijo a Efe que «los partidarios de Gadafi están bombardeando intensamente con obuses áreas habitadas de Misrata».
Al menos nueve personas murieron y decenas resultaron heridas o detenidas por las fuerzas policiales en las manifestaciones que se llevaron a cabo en varias ciudades de Siria en las que miles de personas reclamaron democracia, según organizaciones de de defensa de los derechos humanos. Fue el peor balance de la jornada de movilizaciones en varios países árabes. En Duma, a 15 kilómetros al norte de Damasco, la Policía disparó con balas reales sobre los manifestantes que salían de una mezquita y mataron al menos a ocho personas. En Sanamein, cerca de Deraa, epicentro de las protestas, la las fuerzas de seguridad mataron a un joven de veinte años que participaba en las manifestaciones que llegaban de los pueblos próximos.
En Yemen, miles de partidarios y opositores al presidente, Ali Abdalah Saleh, se movilizaron en Sana'a, donde las fuerzas de seguridad y el Ejército desplegaron un dispostivo sin precedentes. «Me comprometo a sacrificarme por el pueblo», dijo Saleh a sus partidarios. E
n Egipto, decenas de miles de personas se reunieron en la plaza Tahrir, en El Cairo, para llamar a «salvar la revolución» que derrocó a Hosni Mubarak. En Jordania, una manifestación de jóvenes reclamó en Amán reformas frente a lealistas que ensalzaban al rey Abdallah II.
En Túnez, mientras islamistas se manifestaron contra la laicidad, otra protesta de jóvenes reclamó que se procese a miembros del Gobierno del depuesto Ben Ali, acusados de corrupción. En Kurdistán Sur, al menos 35 personas resultaron heridas en manifestaciones contra los dos grandes partidos kurdos. GARA
Líderes de los Hermanos Musulmanes de Siria aseguraron en Estambul que no desean que las protestas en su país terminen como en Libia por lo que exigieron al presidente, Bashar Al-Assad, que emprenda reformas democratizadoras.
Los líderes rebeldes ofrecieron a Trípoli un alto el fuego con la condición de que las fuerzas gadafistas se retiraran de las ciudades que controlan los insurgentes. El Gobierno libio rechazó esta propuesta.
