San Antonio Spurs juega con fuego. La posible relajación de la plantilla dirigida por Greg Popovich puede salirle cara al líder del Oeste. Tras una serie de seis derrotas consecutivas los tejanos han visto cómo su colchón de partidos a favor sobre Los Angeles Lakers, e incluso Chicago Bulls, ha estado cerca de esfumarse. Y más teniendo en cuenta que los Spurs tienen que visitar a Atlanta Hawks y a los propios Lakers dentro de sus últimos cuatro encuentros de temporada regular.

La tensión llegó a su apogeo tras la derrota del viernes en Houston, después de una agónica prórroga. Los Lakers se quedaban a un partido y medio de los Spurs. Pero en San Antonio se pusieron el mono de trabajo la madrugada del lunes para superar con comodidad a Phoenix Suns por 114-97, en un partido sin historia que en su primer cuarto apuntaba un esclarecedor 35-20. Además, los Lakers cayeron derrotados en casa ante Denver Nuggets por 95-90. Los Spurs respiraban tranquilos y volvían a tener una ventaja de dos partidos y medio.

Calendario final

Teniendo en cuenta que a los Lakers les quedan cinco partidos y a los Spurs cuatro, los californianos deberían ganar todas sus citas para alcanzar las 60 victorias, mientras que a los tejanos les basta con ganar los dos encuentros que disputarán en casa ante Sacramento y Utah para ser matemáticamente campeón de la Conferencia Oeste.

Eso sí, en caso de que los Spurs no sumen esas dos victorias cuanto antes, la última jornada podría ofrecer un desenlace inesperado a la temporada regular, ya que Lakers y Spurs se lo jugarían todo a una sola carta en el Staples Center de LA.

San Antonio había sido el equipo más sólido de la temporada regular durante casi cinco meses, pero en las últimas dos semanas arrastraba la peor serie de derrotas de la historia de la franquicia desde que Tim Duncan llegase a ella en 1997. De hecho, Duncan no perdía tal cantidad de encuentros de forma consecutiva desde su paso por Wake Forest en el baloncesto universitario estadounidense.

También cayó en Houston

El periplo negativo comenzó el 23 de marzo con una pequeña gira de tres partidos por el siempre complicado Oeste. Los de Popovich perdieron en Denver, Portland y Memphis en el estrecho margen de cuatro días. No fueron capaces de subsanar el bache pese a jugar en casa ante Portland y Boston. Y en un nuevo desplazamiento, esta vez a Houston, los Rockets, enfermos y desesperados por alcanzar las eliminatorias por el título, también fueron demasiado para unos Spurs venidos a menos.

El nerviosismo era máximo en la jornada del domingo ya que al final de la misma los Lakers podían haberse colocado a menos de un partido de los Spurs, con el último enfrentamiento en el horizonte marcando el futuro cercano de ambas franquicias.

No obstante, tras la vuelta de San Antonio a la senda de las victorias y el inesperado traspié de Los Angeles, el factor cancha total parece que se quedará en Texas, salvo catástrofe. Y si lo de los últimos partidos de los Spurs ha sido relajación, ya puede echarse a temblar todo el mundo porque San Antonio está de vuelta. Y en año impar.