GARA > Idatzia > Ekonomia

Los accidentes laborales se cobran la vida de 1.992 trabajadores desde 1995

Desde que se aprobó la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en 1995, en Hego Euskal Herria han fallecido 1.992 trabajadores en los centros de trabajo o cuando se desplazaban a los mismos. Además casi 2 millones de trabajadores han sufrido un accidente laboral. El balance es doloroso e inasumible. El próximo 28 de abril se conmemora el Día Internacional de la Seguridad y la Salud Laboral.

p028_f02.jpg

Juanjo BASTERRA |

La prevención es una materia que sigue pendiente en los centros de trabajo como así lo demuestran los diferentes balances de la siniestralidad laboral. En Hego Euskal Herria desde 1995, cuando se aprobó la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, hasta las fechas actuales han fallecido un total de 1.992 trabajadores, lo que supone una media anual de 123 trabajadores muertos en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. Otros 10.815 sufrieron accidentes graves, de los que el 70% no han vuelto al mismo puesto que ocupaban antes del accidente por verse incapacitados para ejercer la misma labor, y otros 960.000 sufrieron accidentes leves.

Este listado se ampliaría si se tuvieran en cuenta los afectados por las enfermedades profesionales, sobre las que existe un subregistro, según denuncian los expertos en esta materia y los sindicatos. Sólo hay que tener en cuenta que desde 2008 han fallecido 57 ex trabajadores que estuvieron en contacto con el amianto en su vida laboral.

Dos millones de accidentes

En esos dieciséis años desde la aprobación de la legislación en materia preventiva se han producido en total casi 2,2 millones de accidentes de trabajo, la mitad de ellos con baja de más de tres días. Es prácticamente el doble de accidentes que el número de asalariados vascos. Es una realidad dolorosa e inaceptable. La falta de medidas de prevención adecuadas por parte de los empresarios es la causa principal de esta larga lista de desgracias.

Se está produciendo. no obstante, una reducción de los accidentes laborales, pero, como denuncian los agentes sociales y los expertos en materia de prevención, tiene que ver con la bajada de la actividad económica motivada por la crisis. «Los accidentes de trabajo son un mal enquistado y el ligero descenso estadístico se debe más a la acción de la coyuntura económica sobre el empleo, como los despidos, los expedientes de regulación y las readecuaciones sectoriales en el mundo laboral, que porque se hayan adoptado medidas reales y eficaces para evitar el daño al trabajador», según la mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru ante la conmemoración del Día Internacional de la Seguridad y la Salud Laboral.

165.080 muertes en Europa

La realidad en la UE 27 también es muy negativa y dramática. Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que tiene su sede en la Gran Vía de Bilbo, al año fallecen en torno a 165.080 trabajadores. De esa cifra global, 5.580 trabajadores mueren por accidentes de trabajo y los 159.500 trabajadores restantes mueren a causa de las enfermedades profesionales, como sostiene esa agencia europea que está dirigida por Jukka Takala. «Tomando esas cifras en consideración -según explica la Agencia Europea- se estima que cada tres minutos y medio muere una persona en la Unión Europea por causas relacionadas con el trabajo».

Es decir, por cada muerte en un accidente de trabajo se producen otros 28 fallecimientos por enfermedades profesionales. En el Estado español es imposible conocer ese nivel de detalle, pero se sabe que el año pasado 737 trabajadores fallecieron en accidentes de trabajo mortales y en Hego Euskal Herria fueron 80 fallecidos. Si se extrapolaran los datos de la Agencia Europea al Estado español supondría que los fallecidos por accidentes y enfermedades profesionales superaron las 28.000 personas, de ellas 2.240 corresponderían a trabajadores de Hego Euskal Herria.

Este organismo dependiente de la Comisión Europea sostiene que la política y la práctica en materia de seguridad y salud deben adaptarse. «Los entornos de trabajo varían constantemente debido a la introducción de nuevas tecnologías, los cambios en la organización del trabajo y las variaciones en las condiciones económicas, sociales y demográficas».

Para ello, la Agencia Europea considera que debe tenerse en cuenta a la hora de adoptar medidas de seguridad y salud en el trabajo que «la población está envejeciendo, que hay más mujeres trabajando, más inmigrantes, que los contratos de trabajo temporales y a tiempo parcial aumentan y que hay nuevas tecnologías en el manejo de los procesos productivos. Todos estos elementos influyen de distinta manera en la salud de los trabajadores y se deben tener en cuenta a la hora de adoptar medidas concretas».

6.300 personas mueren al día

La OIT señala que cada día mueren cerca de 6.300 personas como resultado de lesiones o enfermedades relacionadas con el trabajo, lo cual corresponde a más de 2,3 millones de muertes al año. No hay que olvidarse que a nivel mundial se producen 337 millones de accidentes en el lugar de trabajo.

El director general de este organismo internacional, Juan Somavia, considera que «el coste humano que representa esta tragedia diaria es incalculable». No obstante, precisó que se estima que el coste económico que conlleva la pérdida de jornadas de trabajo, tratamiento médico y prestaciones abonadas en efectivo ascienden cada año al 4% del PIB mundial. «Esta cantidad -según precisó- supera el valor total de las medidas de estímulo adoptadas para responder a la crisis económica desde 2008».

La OIT se fija para la edición del Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo en el «sistema de gestión como una herramienta para la mejora continua». Para ello se desarrollarán acciones a lo largo de distintos puntos con el objeto de «mejorar las condiciones y el medio ambiente en el trabajo. La salud en el trabajo conlleva -indica la OIT- la promoción y el mantenimiento del más alto grado de salud física y mentale y de bienestar de los trabajadores en todas las ocupaciones». Por lo que entiende que «la anticipación, el reconocimiento, la evaluación y el control de los peligros que surgen en el ligar del trabajo o dimanantes del mismo y que pudieran poner en peligro la salud y el bienestar de los trabajadores son los principios fundamentales del proceso que rige la evaluación y gestión de los riesgos».

La organización que dirige Somavia expresa que «es preciso hallar un equilibrio entre los beneficios y los costos que supone la asunción de riesgos», por lo que la OIT llama a que todos los trabajaos se guíen en principio por la seguridad y la salud.

Once medidas para reducir la siniestralidad

La elevada siniestralidad podría atajarse, según reconocen los agentes sindicales. ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, ha planteado once actuaciones directas. La primera es «garantizar un empleo digno y con derecho, alejado de la precariedad y eliminando la subcontratación sin control». Esta medida debiera de adoptarse en el sector privado y en el público de manera simultánea. Reclaman un «cambio radical en las políticas públicas aplicadas en seguridad y salud», para lo que reclaman más fondos económicos para cubrir las necesidades existentes. A la vez que entienden que la inspección, el control y las sanciones deben funcionar. la mayoría sindical vasca reclama un sistema público de prevención «que tenga como prioridad la salud de las personas» y que se desarrolle una «prevención integral e integrada en las empresas». Para ello creen que es necesario que «la actividad de las mutuas deba ser vigilada y controlada por las instituciones públicas». También creen que es necesario avanzar en el reconocimiento de las enfermedades profesionales.

También consideran que la acción sindical y la negociación colectiva son instrumentos directos de mejora de la salud laboral, para lo que entienden que las últimas reformas deben dar marcha atrás porque «actúan contra la salud». Insisten en que se deben reconocer los accidentes y enfermedades de los transportistas. Y exigen que se tengan en cuenta a los riesgos sicosociales y ergonómicos como contingencias. J. B.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo