CRONICA | XIV PREMIO EUROPA PARA EL TEATRO
De viaje con tres hermanas en una experiencia inolvidable
En los teatros de San Petersburgo conviven los cientos de invitados del Premio Europa y el público habitual, creándose una fusión que ayuda a detectar el auténtico valor de las propuestas. La parte académica y de encuentro bulle con presentaciones de proyectos de futuro.
Carlos GIL I
La sucesión de espectáculos presentados por los ganadores de los premios de las nuevas realidades escénicas se mezclan con las obras presentadas por las compañías locales. Esta confrontación nos da una idea somera de dos concepciones, dos tiempos, el mismo resultado: teatro de máxima calidad, de intensidad variable, pero en las dos se demuestra que conviven todas las formas, todas las endencias.
Los checos de The farm in the cave Theatre Studios presentaron «The Theatre», un trabajo que sorprendió por su propia estructura, muy abierta, por utilizar los ritmos, el movimiento, las acciones por encima de cualquier otro discurso escénico. La dirección de Viliam Docolomansky se acerca más a un espectáculo visual y sonoro, muy sencillo pero con unas pinceladas poéticas que le dotan de una singular grafía teatral. Su segunda popuesta, «The Journey», es una sucesión de escenas, de métodos de trabajo, todavía más en estado de perfeccionamiento. Mantiene las mismas claves.
Habíamos visto su versión de la «Metamorfosis», que nos dejó dubitativos, pero al contemplar su gran trabajo con el «Fausto» de J.W. Goethe, entendemos mejor la propuesta general de Gisli Örn Gardarsson y su Vesturport Theatre. La compañía islandesa logra en este trabajo mostrar todas sus capacidades y lo hace a partir de un espacio escénico, realmente adecuado a la propuesta dramática. Una gran red sobre la cabeza de los espectadores, un espacio, también acotado por una red en la escena, y un uso de todos los recursos para contar la historia, con una buenísima interpretación general y un derroche de imaginación y de uso deliberado de todas las posibilidades espaciales.
Interpretada en inglés, destaca la magnífica dramaturgia que hace comprensible el camino de Fausto y se presenta en un lenguaje moderno, asequible, de mucho colorido, con usos circenses, musicales. Un buen espectáculo.
Pero la guinda la vivimos con una vesión ortodoxa de las «Tres Hermanas» de Anton Chekhov , dirigida por Lev Dodin que fue premio en la octava edición de estos premios, presentada por el Maly Drama Theatre, que impresiona por la labor de conjunto, por la sencillez aparente de la propuesta escenográfica, pero que se engrandece por la labor de dirección de actores, en la que todos están soberbios, pero destacando de una manera especial las tres actrices que dan vida a las tres hermanas. Una lección absoluta de interpretación naturalista, detallista, intensa, sin aspavientos, transmitiendo constantemente la vida interior de los personajes con unas miradas abrasivas.
Una de esas ocasiones de recordar y celebrar el academicismo escénico. Grandísimo trabajo de interpretación. Un encantamiento sobrenatural. Maravillosa experiencia.