Cientos de miles de cubanos se manifestaron ayer en La Habana con ocasión del 50 aniversario de la victoria en Bahía de Cochinos contra el intento de invasión apoyado por Estados Unidos, en los actos que precedieron al congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Con el uniforme de general y rodeado de los dirigentes del PCC y del Gobierno cubano, el presidente Raúl Castro, presidió en primer lugar un desfile militar por la plaza de la Revolución, explanada de las grandes concentraciones.

El desfile comenzó con un homenaje al comandante de la Revolución, Fidel Castro, de 84 años, que dejó el cargo al frente del Gobierno en julio de 2006 por razones de salud y que ayer no estuvo presente en los desfiles.

Además de la victoria en Bahía de Cochinos, «primera derrota del imperialismo en América Latina», los manifestantes celebraron la proclamación del carácter socialista de la Revolución cubana, reconocido oficialmente por Fidel Castro el 16 de abril de 1961, dos años después del triunfo de la Revolución.

Desfilaron al menos 6.000 efectivos de las fuerzas armadas agrupados en veinte bloques de infantería en un desfile donde no faltó la exhibición de armamento y vehículos militares terrestres así como medios de combate aéreos.

Protagonismo de la juventud

Después de la parada militar, la primera organizada en La Habana desde diciembre de 2006, cientos de miles de cubanos -jóvenes, obreros, campesinos, sindicalistas, militares y veteranos- desfilaron también a pie coreando los lemas clásicos de la Revolución. El protagonismo en la marcha conmemorativa recayó en la juventud cubana para destacar su papel como garante de la revolución.

«Al imperialismo, un único mensaje: los jóvenes siempre estarán presentes» proclamó la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Maidel Gómez, que reiteró que la juventud no fallará a la revolución y que defenderán «una obra que es de todos».

Ante la muchedumbre y bajo un sol ardiente, Raúl Castro se colocó a continuación un sombrero de paja típico de los campesinos cubanos, un gesto saludado por los estudiantes que enarbolaban enormes banderas cubanas.

Bajo la estatua de José Martí, las efigies del Che Guevara y Camilo Cienfuegos y una gran fotografía del Fidel Castro de la época de la batalla de Girón, el desfile se abrió con un recorrido por las gestas militares de Cuba que comenzó con una cabalgata «mambisa» con 128 jinetes.

A continuación, una réplica a tamaño natural del «Granma», el yate con el que Fidel Castro y sus hombres arribaron a la isla en 1956, apareció flanqueado por 3.000 niños agitando sus pañoletas azules para representar el movimiento del mar.

Otros 3.000 estudiantes, esta vez de secundaria, acompañaron el paso del tanque y el cañón desde los que Fidel Castro maniobró e hizo fuego durante la invasión de los anticastristas entrenados por la CIA que llegaron a Bahía de Cochinos en 1961.

Reformas

Por la tarde se dio inicio al sexto congreso del PCC, que se reunirá hasta el martes para adoptar reformas económicas cruciales para el porvenir de Cuba y renovar sus órganos de dirección. «O cambiamos de rumbo o nos hundimos», advirtió en diciembre Raúl Castro al convocar el congreso.

«Tenemos el deber esencial de corregir los errores que cometimos durante estos cinco decenios de construcción del socialismo en Cuba», añadió.

El congreso debe adoptar las formas precisas y las condiciones concretas con las que se aplicarán las reformas cuyas grandes líneas se anunciaron al otoño.

Así, en la reunión se debatirá el «Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución», documento discutido masivamente entre diciembre de 2010 y febrero del presente año en centros de trabajo y estudio, y comunidades.

Reducción del personal del sector público, apertura en el sector privado de numerosos oficios, creación de un tejido de cooperativas urbanas, más autonomía de las empresas de Estado, apertura a los capitales extranjeros y descentralización del sector agroalimentario constituyen los principales puntos de las amplias reformas que las autoridades cubanas quieren llevar a cabo.

Además de la economía, el congreso debe elegir a un centenar de miembros de su comité central, que luego designará a la dirección política de 19 miembros y a su secretariado de diez componentes. Es previsible que se formalice la renuncia de Fidel Castro como primer secretario de la organización y su sustitución por su hermano Raúl.