Raimundo Fitero
ETA andaluza
Desde hace unas semanas en «El Intermedio» de La Sexta, con Wyoming a la cabeza, hacen unas parodias de una supuesta E.T.A. andaluza. «Estamos Tan Agustito» se llama la organización, su anagrama es una serpiente atravesada por un palillo con una oliva como si fuera un pintxo, y sus portavoces aparecen vestidos de flamencos, con una capucha blanca y sus comunicados son bastante delirantes, graciosos, con un tono que no gusta demasiado a ciertos sectores andaluces, ya que deja traslucir una cierta tendencia a la pereza, el escaqueo, la vagancia, de tal manera que siempre falta un tercer componente de la mesa para leer sus comunicados que no acude con excusas de las más peregrinas.
Estamos ante una propuesta de parodia que puede crear rozaduras por todos los lados. Se les puede acusar de banalización, de jugar con el dolor ajeno, de convertir una simbología muy concreta en una cuchufleta e incluso de hacer una suerte de apología humorística. No sé de qué, pero con este gobierno tan atrabiliario en los asuntos judiciales a cualquier cosa pueden llamarla apología, contaminación o cualquiera de los eufemismos autoritarios que utilizan para reprimir urbe et orbe. Como en casi todo, hay días que las parodias me despiertan la carcajada y otros que me dejan el aliento congelado. Es su opción. Es su libertad. La nuestra es aceptarla como lo hacen y criticar lo que nos parezca. Pero creo que se trata de algo saludable democráticamente hablando.
De cualquier manera con toda la carga, insisto, de profundidad que tienen estas parodias, es bastante mejor que la obsesión de la política general española y sus maniqueos y mecánicos representantes de sus partidos que cada vez están más obsesionados con lo mismo. Uno siente que la lucha electoral es resultado de una política de peinETA, panderETA y braguETA. No tienen más argumentaciones. Todo gira sobre el mismo tema, llegando a absurdos delirantes, sangrantes, despiadados. Necesitan una desintoxicación urgente. Quizás viendo a Wyoming se les quite un poco la paranoia. Y si leyeran con detenimiento los comunicados y mirasen la foto actual de la situación dejarían de hacer tanto el ridículo.