Iker Bizkarguenaga Periodista
Dos gotas en un mar contaminado
Soy consciente de que a los lectores y lectoras de este periódico no hay que darles ninguna explicación sobre la calidad de la Justicia española y el rigor de los informes policiales. Sobre todo cuando se refieren a Euskal Herria. Desgraciadamente, han pasado tantas cosas en este país que ya está todo el mundo curado de espanto. Pero al hilo de las nuevas impugnaciones contra candidaturas abertzales y de izquierda, me han venido a la memoria un par de ejemplos que pueden servir para ilustrar cómo se las gastan algunos cuando miran hacia arriba en el mapa. Por si alguien quiere explicárselo a su primo argentino o a su compañero de clase holandés y no sabe muy bien cómo hacerlo.
Hace cuatro años, cuando el Tribunal Supremo y el Constitucional admitieron las impugnaciones contra más de la mitad de las candidaturas de ANV, el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, soltó esta frase: «Es posible que nos hayamos pasado, pero ha colado».
Dos años más tarde, cuando una plataforma encabezada por el dramaturgo Alfonso Sastre anunció su intención de concurrir a las elecciones al Parlamento Europeo, la Guardia Civil y la Policía española elaboraron sendos informes, por supuesto exhaustivos y llenos de pruebas, como le gusta decir a Rubalcaba, donde aseguraban que Iniciativa Internacionalista era un instrumento de ETA y que su objetivo era colar a la «izquierda abertzale ilegalizada» en las instituciones. ¿Les suena? Pues con esos informes el Supremo anuló la candidatura de la lista de Sastre y compañía, aunque luego el Constitucional revocó el veto.
Bueno, pues ahora la versión oficial asegura que ETA abroncó a Batasuna por apoyar a Iniciativa Internacionalista porque su apuesta era ir en coalición con EA. Y uno se pregunta cómo hicieron los exhaustivos informes de 2009 para sostener ahora todo lo contrario. Seguramente, del mismo modo que los informes que han hecho ahora los mismos policías sobre Bildu.
Son sólo dos ejemplos entre mil, dos gotas en un mar contaminado. Pero creo que suficientemente significativos. Cuando escribo estas líneas aún no se qué será de Bildu, pero tengo claro que su futuro dependerá de criterios políticos y del sentido del ridículo de unos jueces.
Y nuestro futuro como pueblo, de que nos alejemos de ellos cuanto antes.