Tour de Romandía
Evans reclama el papel de favorito
El australiano mantuvo el tipo frente a los especialistas para hacerse con el maillot amarillo a un día de que concluya la carrera.
GARA | BILBO
Cadel Evans ejerció de todoterreno para aguantar el envite de los especialistas en la penúltima jornada del Tour de Romandía. Una contrarreloj con la que podría darse por sentenciada la carrera, si Alexandre Vinokourov no anduviese por allí. El propio corredor australiano, que sucedió a Pavel Brutt al frente de la clasificación, en la que aventaja ahora en 17 segundos a Tony Martin y 18 a Vinoukorov, reconoció tras saberse de amarillo que con el kazajo «uno nunca sabe a qué atenerse».
Lo cierto es que el de Astana tuvo que seguir ayer desde cierta distancia el reparto de premios. David Zabriskie (Garmin) ejerció de especialista para recorrer en el menor tiempo los 20'1 kilómetros de falso llano, a los que el viento añadió dificultad. Pudieron seguir su estela otros corredores duchos en la especialidad como Richie Porte, Tony Martin -aunque no tanto como le habría gustado, apenas pudo reducir en 18 segundos su desventaja respecto a Evans-, Bradley Wiggins o Jonathan Castroviejo. El corredor de Euskaltel, primer líder de la prueba, acabó la jornada en la novena plaza, a sólo 48 segundos del ganador. Cadel Evans fue de los pocos que pudo meterse en medio -octavo, a 45 segundos de Zabriskie-, mientras Vinokourov cedía 1'15'' y Damiano Cunego, que sufrió una salida de carretera que incluso pudo haberle costado más caro, se dejó en línea de meta más de dos minutos y cualquier opción de pelear por la clasificación general. Más aún cedió Pavel Brutt (84º a 2'25''), que había defendido el liderato desde que se lo arrebatara a Castroviejo en la primera etapa.
Ayer le tocó cedérselo a Evans, que ya se adjudicó la prueba en 2006, pero que no partía entre los favoritos. Tras la caída que sufrió en marzo durante un entrenamiento y que le ha obligado a retocar su calendario, el propio hombre de BMC había reconocido que no llegaba a carreteras suizas a ganar. «Hay que ser realista», decía hace apenas una semana. Tras vestirse de amarillo, ya no ve tan imposible acabar adjudicándose una carrera «en la que conseguí una de mis primeros grandes triunfos y en la que me siento como en casa porque vivo aquí cerca», pero sigue apostando por la prudencia. Para empezar, porque se acaba de recuperar -«si hubiéseis visto el estado de mi rodilla hace un mes no me creeríais capaz de conseguir un resultado como éste», aseguraba-, y sobre todo, porque las distancias son muy cortas, pese a que la última etapa no parezca ofrecer demasiado terreno para las sorpresas.
Son 164'6 kilómetros entre Champagne y Ginebra, con un par de puertos en su primera parte, pero con tendencia descendente en sus últimos sesenta kilómetros. Si Vinokourov y Martin, que ya saltaron anteayer, no lo impiden, BMC no debería tener problemas para llevar a Evans protegido hasta la última línea de meta.
Jonathan Castroviejo marcó el noveno mejor tiempo de la jornada, a sólo 48 segundos del vencedor. En la general, Beñat Intxausti mantiene la quinta plaza, con su compañero David López a un paso del top-ten.