Denunciar de forma expresa la implicación de empresas de armamento vascas en los ataques al pueblo palestino y libio, mediante su colaboración con el Ejército de Israel, el régimen de Gadafi o en los actuales ataques de la OTAN en Libia. Ésa es la denuncia por la que ayer por la mañana pedalearon un nutrido grupo de personas, respondiendo a la cuarta edición de la Marcha Ciclista contra la Industria y el Gasto Militar, convocada por diversos colectivos vascos.

Bajo un sofocante calor, los ciclistas cubrieron el recorrido entre la sede de la Diputación vizcaina en la Gran Vía bilbaina y la localidad de Getxo, donde tiene su edificio la firma Sener.

«La industria militar vasca vende material militar por valor de 600 millones de euros anuales, aumentando sus macabras ventas en un 15%», denunciaron los participantes. Exigieron, además, la conversión de la industria militar en civil: «En nuestro pasado cercano hemos tenido ejemplos. Sirva la fábrica de bicis Orbea, que en su día se dedicaba a la fabricación de pistolas y revólveres».