Los 288 tornados que, según el Servicio Nacional de Meteorología, sacudieron el sur y el este del país entre el martes y el jueves dejaron tras de sí una estela de inundaciones, edificios derruidos y cientos de desaparecidos, buscados desde entonces sin descanso por sus familiares y los equipos de emergencia. El temporal costó la vida a al menos 254 personas en Alabama, 34 en Tennessee, 33 en Misisipi, 15 en Georgia, 5 en Virginia y una en Arkansas, según los datos actualizados ayer.

Es el peor saldo de víctimas de una tormenta desde 1925, cuando una brutal borrasca dejó 747 víctimas mortales en siete estados. También es el segundo peor del que se tiene constancia en los registros nacionales, que datan de 1680.

Aunque el último gran desastre de origen natural que vivió el país, el Katrina, dejó un rastro cinco veces más letal, con hasta 1.800 muertos, muchos recuerdan la imagen de destrucción que dejó en Nueva Orleans (Luisiana) cuando contemplan las ciudades arrasadas de los estados afectados. En Tuscaloosa, localidad de Alabama convertida en símbolo del desastre por las 45 muertes que ha registrado, las casas semiderruidas muestran las mismas marcas en forma de cruz que las autoridades trazaron hace casi seis años en los edificios de Nueva Orleans para facilitar el recuento de muertos y desaparecidos. Consideran que Obama ha reaccionado mejor que entonces Bush.