Por «circunstancias», sigue faltanto la firma, pero Carlos Gurpegi confirmó ayer la noticia con la que se venía especulando en las últimas jornadas, al reconocer que ha alcanzado un acuerdo con el Athletic para ampliar su contrato actual, que expira el próximo año, por otras dos temporadas. El equipo se asegura así la continuidad de uno de sus principales depósitos de gasolina, un Gurpegi que completará once temporadas como jugador rojiblanco.

Más concretamente como jugador del primer equipo porque, con 30 años -cumplirá 31 en agosto- lleva prácticamente media vida defendiendo los colores del Athletic. Llegó a Lezama con 17 años y, tras pasar por el Juvenil, el Baskonia y el Bilbao Athletic, debutó con el primer equipo de la mano de Jupp Heynckes, en el partido que enfrentó a Villarreal y Athletic en El Madrigal el 31 de marzo de 2002. Desde entonces, sólo la sanción de dos años que tuvo que afrontar tras un control positivo le ha apartado del césped, aunque la temporada de su reaparición, en la que Joaquín Caparrós apenas contó con él, estuvo a punto de marcar un punto y aparte en su carrera. El coraje con el que hizo frente a todas esas circunstancias y el que ha mostrado en los, a pesar de todo, más de 250 partidos oficiales que ha disputado con el Athletic (210 de Liga, 25 de Copa, 15 de UEFA y 2 de Supercopa) le han convertido en uno de los jugadores más queridos de la afición. Así que Fernando García Macua se apuntará un buen tanto electoral con la fotografía de la renovación.

No es, obviamente, en lo que piensa el navarro, que se confiesa «encantado de seguir. El Athletic me lo ha dado todo desde los 17 años y me ha cambiado la vida». No debería hacerlo de ahora en adelante, porque Gurpegi tiene clara la fórmula que le ha convertido en una pieza básica del equipo. «Lo único que pienso es en cuidarme, en trabajar y en disfrutar del fútbol. Y el día que esto se acabe, estar orgulloso de lo que he hecho».