Iratxe FRESNEDA Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Indignaos
Todavía recuerdo con nostalgia aquellos días en los que llegaba a mi barrio el show de la cabra. Solía ser un gitano (siempre acompañado) quien hacía la gira por los pueblos, colocaba la escalera, hacía sonar música de un organillo y la cabra subía los peldaños. A mí me parecía una fiesta y el gitano un gran domador. Ya no suelo ver gitanos con cabras, los habrá, pero no se han cruzado en mi camino. De vez en cuando algunos acampan cerca de casa con sus caravanas y pasan unos días en mi pueblo, otros llegaron hace pocos años para quedarse, y una vez al año, los feriantes montan sus pequeñas atracciones en un aparcamiento... No he tenido la oportunidad de «mezclarme» con ellos y apenas conozco a unos pocos. Aún así, siempre he sentido una irresistible atracción por su mundo, por su cultura, por esa libertad, esa vida a contracorriente de la que parecen disfrutar. En el cine, los gitanos de Tony Gatlif, a medio camino entre la realidad y la ficción, son una muestra del mundo que admiro y que no desearía que desapareciera. Michel Dahmani (ahora Tony Gatlif), Palma de Oro en Cannes por «Exils», es un fantástico músico, actor, escritor y realizador de origen argelino-romaní y autor de cintas como «Vengo» o «Gadjo Dilo». Sus obras hablan de la cultura romaní, de su magia. Tras «Korkoro», su última cinta, Gatlif adaptará «Indignaos» de Stéphane Hessel. El libro, de 32 páginas, se vendía a tres euros en París e invitaba a la rebelión en estos días extraños en los que la palabra represión puede sonar añeja. Gatlif es uno de esos rebeldes que ha aceptado el convite del noventagenario escritor y empieza dudando de la necesidad de la integración de su pueblo y por negarse a aceptar la injusticia. No es mal comienzo.