Con mucho esfuerzo y sorprendentes protagonistas, Bizkaia Bilbao Basket se rehizo de su inesperada derrota ante el Fuenlabrada. Los hombres de Fotis Katsikaris se aplicaron el cuento de emplear lo mejor de su carácter para salir victoriosos del pabellón San Pablo de Sevilla y reconquistaban momentáneamente la quinta posición, a la espera del resultado que obtengan hoy tanto Fuenlabrada, que recibe al Real Madrid en el Fernando Martín, y el Gran Canaria, que intentará hacerse fuerte en el CID frente a Unicaja.

Hombres como Hervelle y Josh Fisher, jugadores duros, acostumbrados a la lucha y la brega no siempre agradecida, personificaron ese carácter para liderar el triunfo bilbaino y dejar fuera de juego al Cajasol.

Tras un mal primer tiempo de Jackson, Fisher supo dar un nuevo aire al cuadro vizcaino. El base nacido en Washington aportó 10 tantos y 3 asistencias en un momento en el que los hombres de negro carecían de brújula en la dirección. Mientras, Hervelle volvió a mostrar que, amén de rebotear y pelear con quien haga falta, a veces logra anotar. El ala-pívot, con la ayuda de Mavroeidis y Banic, aportó 15 puntos y 6 rebotes.

El partido fue una constante prueba de personalidad para los bilbainos. Después de apelar a la unión del grupo y a la necesidad de mirar adelante y no dejarse dominar por la tensión, los hombres de Fotis Katsikaris debieron lidiar con un encuentro espectacular, repleto de altibajos, con rachas favorables y adversas, en el que la iniciativa en el marcador no se consolidó hasta el tercer cuarto.

Reacción tras el temporal

De hecho, los vizcainos se pusieron en cabeza de forma definitiva después de pasar por su peor momento. Bilbao Basket ganaba por 37-43 a escasos segundos del descanso, gracias al mencionado empuje de Fisher y Hervelle, y Warren. Pero entonces Paul Davis, con la colaboración de Ivanov y Satoransky -aunque fuera Bullock el máximo anotador, con 18 tantos- lideraron un parcial de 19-6 a caballo del segundo y tercer período, que ponía el luminoso en un más que preocupante 56-49.

Pero ahí emergió el trío Fisher, Mavroeidis y Hervelle para darle la vuelta al luminoso, 60-64, al final del tercer cuarto. Llegaba la hora de la verdad y los líderes, previo agradecimiento a sus subalternos, aparecieron con la idea de rematar el partido. Primero fue Banic, después Jackson -tan brillante como fugaz-, y por último Mumbrú, con un triple, un robo sobre Kirksay y un mate para certificar un meritorio triunfo. Un logro que se debe ratificar en Miribilla, este jueves, ante el Menorca.