Los distintos grupos de la resistencia palestina enterraron ayer el hacha de guerra que les enfrenta desde hace cuatro años, cuando Hamas logró hacerse mediante elecciones con el poder de la ciudad sitiada de Gaza. Lo hicieron en la capital de Egipto, en El Cairo, país que ha ejercido de intermediario en las negociaciones llevadas a cabo desde hace más de año y medio.

Representantes de trece grupos palestinos, donde se encuentran tanto los dos grupos mayoritarios de Hamas y al-Fatah, como el Frente de Liberación Palestina, Partido del Pueblo Palestino y la Yihad Islámica, firmaron el texto de reconciliación, en el que se prevé la formación de un gobierno repleto de independientes para preparar elecciones generales y legislativas en el plazo de un año; hasta ese momento, se implantará el status quo en la región, tanto en lo que respecta a las negociaciones previstas con Israel, como el control que manejan Hamas en Gaza y la Autoridad Palestina en Cisjordania.

«Firmamos el acuerdo porque, aunque tengamos nuestras desavenencias, nos importa sobre todo el interés nacional», aseveró Azzam al-Ahmed, líder de al- Fatah en el momento de la aprobación. «Los palestinos de Gaza y Cisjordania van a celebrar este acuerdo. Tenemos que trabajar para que se aplique», añadió.

Con el acto sinbólico de ayer, se ha dado forma al acuerdo alcanzado entre Hamas y al-Fatah el pasado 27 de abril. No obstante, el entendimiento entre las partes recogerá hoy un acto oficial para hacer públicos todos los detalles. Está previsto que acudan los máximos dirigentes de los grupos firmantes, entre ellos, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el dirigente de Hamas desde su exilio en Damasco, Jaled Mechaal.

Protesta de Netanyahu

Mientras los aires de reconciliación reinan en territorios palestinos, el líder israelí Benjamin Netanyahu se revuelve en su asiento de primer ministro. En un claro brote de cólera, el mandatario exigió a Abbas a retroceder en la firma del acuerdo y «darle prioridad a la vía de la paz con Israel». «El acuerdo entre Abbas y Hamas es un golpe muy duro contra el proceso de paz», añadió el líder israelí en una comparecencia en Jerusalén junto a Tony Blair, enviado especial para Oriente Próximo del Cuarteto que componen Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU.

Abbas le respondió acusándolo de «injerencia inaceptable» en los asuntos que «conciernen sólo a los palestinos».