En una sesión sin grandes referencias, a excepción de las recurrentes informaciones sobre la posible reestructuración de la deuda griega, los índices terminaron a la baja, por lo que echaban así el cierre a una larga cadena de subidas. Y eso que, al menos en Estados Unidos, había más noticias buenas que malas, especialmente con la fuerte mejoría en el dato de pedidos de fábrica -crecieron en marzo un 3% en tasa anual frente al 1,9% esperado-. También eran más las compañías que a uno y otro lado del Atlántico batían las expectativas de los analistas con sus cuentas trimestrales. No obstante, los índices se replegaban a la espera de más informaciones que les den fuerza para batir los techos anuales. El Ibex, pese a ceder un 0,48%, se frenó antes de los 10.800 puntos y partirá con 10.825,60 puntos. En el mismo tono se mostraron París (-0,29%) y Fráncfort (-0,36%), pero no Londres, que reaparecía tras dos jornadas de fiesta con un avance del 0,21%. En el Ibex, los grandes, a excepción del Santander (+0,17%), cedieron terreno, aunque sólo Repsol (-1,93%) sufrió un castigo severo. El resto no bajó más del 0,60% perdido por BBVA. La toma de beneficios fue más patente en IAG (-4,14%), Grifols (-2,81%) y Mapfre (-2,61%). En el lado de los ganadores destacaron los moderados avances de Ebro Foods (+0,86%), BME (+0,74%) y Gamesa (+0,44%). Por su parte, en el CAC 40 el más perjudicado fue Alcatel-Lucent (-2,03%), mientras que ST Microelectronics (+1,80%) se benefició de la mejora en las previsiones para este año de la alemana Infineon y el aumento del dividendo.