Delegados sindicales de ELA y LAB en las administraciones locales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa ocuparon durante media hora las oficinas de Eudel para reclamar «unas condiciones de trabajo dignas» en el convenio sectorial Udalhitz para los 22.000 empleados del sector público local. Tras forcejear con los vigilantes de seguridad, los delegados sindicales penetraron en las instalaciones de Eudel donde repartieron pasquines y gritaron «ez, ez, ez murrizketarik ez», «aquí está la cueva de Ali Babá», «gure eskubideak defentsa ditzagun», «no más recortes salariales ni sociales» y «hemen gaude, komenioren alde». Media hora después salieron ante la presencia en el recinto del organismo público de la Ertzaintza.

Begoña Vázquez, de ELA, y Galder Sierra, de LAB, anunciaron frente a las oficinas centrales de Eudel que a partir de este momento llevarán las protestas a cada ayuntamiento «ante la cerrazón» para adoptar medidas «que no estén impuestas desde Madrid».

Según adelantó la representante de ELA, «Eudel no se quiere atar a nada, no se adhiere al acuerdo que pueda resultar de la mesa negociadora» y, «aunque nos dicen que tiene voluntad negociadora, la misma se queda solamente en el discurso». En febrero Eudel convocó a la mesa negociadora «poniendo puntos de partida que no eran aceptables para los sindicatos que tenemos la representación del 85% de los trabajadores y trabajadoras», denunció Galder Sierra. De esas medidas, derivaron el mantenimiento «de los recortes impuestos por el decreto» y «que no aceptarían ninguna garantía de cumplimiento de lo que se podría acordar o no en la mesa».

Como consecuencia de esa situación, ELA y LAB suspendieron la participación en dicha mesa. Desde entonces ambas centrales han realizado diferentes movilizaciones ante los ayuntamientos cuyos representantes tienen un peso específico en esa mesa. Se han concentrado ante los consistorios de Irun, Donostia, Gasteiz, Tolosa y Barakaldo, entre otros. Según denunciaron, durante los últimos años los ayuntamientos han ahondado en las privatizaciones de servicios públicos.

De hecho, aseguró Galder Sierra, «en estos momentos hay la misma cantidad de trabajadores dependientes de los ayuntamientos que de las empresas subcontratadas por éstos».

Porque, como añadió Begoña Vázquez, «se han preocupado de dejar a un lado la calidad de los servicios» y, en cambio, han elevado la tasa de temporalidad por encima del 30% en el conjunto del empleo dependiente del sector público municipal». A esa pérdida en la estabilidad y en la calidad de vida, le sobrevino, como denunciaron ELA y LAB, «los recortes en los salarios».

Antes de ayer, una vez que hicieron pública la convocatoria de prensa recibieron una nueva convocatoria de la mesa negociadora para el 30 de mayo. Dijeron que desconocían si suponía algún tipo de cambio o «una más», precisaron.