Robert Johnson, la leyenda m�s grande del blues, cumplir�a hoy 100 a�os
El m�sico Robert Johnson falleci� en 1938 a los 27 a�os, en la cima de su carrera. Es uno de los artistas que m�s ha influenciado a las generaciones posteriores de guitarristas de todo el mundo. Su legado f�sico se resume en 41 grabaciones conocidas y dos fotograf�as aparecidas en los a�os 60. Por lo dem�s, lo cierto es que se han escrito un incre�ble n�mero de falsedades, leyendas e invenciones en torno al bluesman m�s famoso de todos los tiempos.Arkaitz KORTABITARTE GARC�A | DONOSTIA
Robert Leroy Johnson vino al mundo en Hazlehurst (Mississippi) el 8 de mayo de 1911, en el seno de una familia que, adem�s de numerosa, era extremadamente pobre. Y, por si esto fuera poco, �l era fruto de una relaci�n extramatrimonial de su madre.
En su juventud sol�a pasar la mayor parte de su tiempo libre aprendiendo a tocar la arm�nica y a cantar, pero tambi�n a observar atentamente a los bluesmen que actuaban cerca de donde viv�a. Son House, Willie Brown o Charley Patton fueron algunos de aquellos grandes del blues del Delta a los que admir�. Sin embargo, cada vez que intentaba acompa�arles, lo �nico que recib�a de ellos eran innumerables bromas e insultos dirigidos a sus escasas habilidades.
Un buen d�a se march� de su casa sin decir a nadie ad�nde se dirig�a. Cuando reapareci� tocando blues, casi un a�o despu�s, aquellos que sol�an burlarse de �l no daban cr�dito a lo que escuchaban. Aqu�l joven hab�a adquirido una destreza a la guitarra que era algo totalmente fuera de lo normal.
Parece ser que fue en esta �poca cuando empezaron los rumores sobre el pacto con el Diablo, en un cruce de caminos, para adquirir esa habilidad sobrenatural. Quiz� surgida de alg�n m�sico envidioso o tal vez del propio Robert Johnson para llamar la atenci�n.
Halo misterioso
Robert era una persona siniestra, su voz transmit�a una profunda tristeza y se esforzaba continuamente en apartarse del resto de la gente, permaneciendo poco tiempo en los sitios que visitaba. Esto, sumado a que algunas de las letras de sus canciones estaban llenas de referencias al infierno, lograba que muchos lo vieran como un personaje de lo m�s demoniaco.
En realidad, esas leyendas sobrenaturales bien podr�an tener explicaciones m�s humanas. En 1930, Johnson esperaba el primer hijo con su esposa Virginia, pero en el parto murieron el beb� y la madre. Este hecho, seguramente, fue su verdadero cruce de caminos, lo que provoc� que dejara de lado una vida convencional para dedicarse a vagar sin rumbo fijo hasta el momento de su muerte.
En cuanto a su espectacular t�cnica con la guitarra es casi seguro que su pacto real fuera con el bluesman Ike Zinnerman, totalmente desconocido en aquellos d�as. Johnson aprendi� de �l gran parte de su t�cnica con la guitarra, pero se preocup� mucho de ocultarlo. Adem�s, se dedic� a aprender de otros m�sicos de todo el pa�s escuchando y memorizando todos los discos de gram�fono que pod�a.
De hecho, es probable que estemos ante el primer m�sico de la historia que us� las grabaciones de otros para enriquecer su m�sica. Gracias a todo esto, su nombre se hizo conocido por todo el Delta y, finalmente, tuvo la oportunidad de realizar dos sesiones de grabaci�n en Texas en 1936 y 1937 de las que sali� todo el material grabado que se conserva de �l.
Entre los cientos y cientos de m�sicos que han reconocido su influencia se encuentran grandes guitarristas como Eric Clapton, Keith Richards, Jimi Hendrix, Johnny Winter, John Fogerty o Jeff Beck.
Robert Johnson muri� en 1938, en el momento �lgido de su carrera musical y en unas circunstancias de lo m�s dram�ticas. El bluesman �Honeyboy� Edwards, que se encontraba con �l la noche de su muerte, cont� que su botella de bourbon fue envenenada por un marido celoso a cuya mujer Robert no paraba de cortejar.
A su muerte, el mito continu� creciendo mucho m�s r�pido de lo que nadie hubiera podido imaginar. Lo que ocurri� con su tumba, por ejemplo, nos sirve para hacernos una idea de la desproporcionada locura que se apoder� de la gente a partir de su fallecimiento. Y es que al menos tres localidades distintas se disputan, desde entonces, el hecho de tener enterrado al aut�ntico Robert Johnson en su cementerio. Salta a la vista que los ingresos que genera el peregrinaje de sus admiradores de todo el mundo, es algo a lo que ninguna de ellas est� dispuesta a renunciar.
La irrupci�n de internet en nuestras vidas lleva provocando desde hace alg�n tiempo que el sinsentido en torno a los �dolos musicales se multiplique hasta el infinito.
Desgraciadamente, Robert Johnson no es una excepci�n en esta carrera por vender lo invendible. Hace unos a�os descubr�amos at�nitos una subasta on-line en la que una supuesta tercera foto suya sal�a con una puja inicial de, nada m�s y nada menos, que 795.000 d�lares. Casualmente la foto aparec�a al poco tiempo de fallecer el hijo adoptivo de Johnson, Robert Lockwood Jr, el �nico que podr�a haber asegurado, sin lugar a dudas, si se trataba de �l o no. Sus discos m�s dif�ciles de encontrar, publicados por los sellos Vocalion y Columbia en los a�os 30, se cotizan desde los 1.500 euros hasta los 12.000. La primera tirada del recopilatorio sacado por Columbia en los 60, se paga por encima de los 1.000 euros.
Adem�s de todo esto, si uno cuenta con unos cinco millones de euros, puede hacerse con una guitarra que Robert Johnson podr�a haber utilizado (o no). Los due�os de la guitarra en cuesti�n dan mil y una razones para asegurar que se trata de un objeto aut�ntico. Lo que no comentan es que se pueden dar la misma cantidad de razones para decir que no lo es.
A. K.