GARA > Idatzia > Kultura

«La increíble historia de la gula», o cómo abrir caminos en crisis

En la nueva publicación de la editorial Nerea, Álvaro Bermejo cuenta cómo en los años 70 un joven contable, Álvaro Azpeitia, luchó para sacar adelante una genuina reinvención, la gula. El escritor asegura que es un libro estimulante que puede ayudar a muchos a triunfar.
p049_f01.jpg

Maider IANTZI | DONOSTIA

Álvaro Bermejo recordó con mucha gracia cómo presentó su creación, la gula, en su cuadrilla en una de aquellas cenas que hacían en la sociedad, en Zarautz. Llevó las gulas como si fueran angulas, y las prepararon de la misma manera, con su aceite y sus ajos. Las sirvieron y los amigos empezaron a comer muy a gusto... hasta que alguno comentó: «¡Qué pronto a venido este año la angula! ¿De dónde la habéis traído?». Azpeitia le contestó así, queriendo guardar un poco más su secreto: «Son las primeras, por eso las he traído para probar».

Cuando terminaron todo les preguntó: «¿Pero no les habéis encontrado ningún fallo a estas angulas? ¡No tienen ojos!».

La presentación ayer en San Telmo del libro «La increíble historia de la gula; el milagro empresarial de Álvaro Azpeitia» estuvo llena de humor, pero no quisieron olvidar que en el momento de la creación, en los años 70, el joven emprendedor tenía el horizonte cerrado y sacó fuerzas desde dentro para culminar su sueño.

Loco en Aginaga y en Tokio

El autor de la publicación, Álvaro Bermejo, indicó que ahora nos parece una obviedad preparar una angula a base de surimi o pasta de pescado, pero a Azpeitia le tomaron por loco en Aginaga y en Tokio. Viajó a Japón para explicarles el producto que quería. Hay que tener en cuenta que allí se comían anguilas, no angulas, y eso dificultó el entendimiento. Pero gracias a su tenacidad y al trabajo realizado durante cinco años, logró lo que quería: «Unas angulas lo más parecidas a las originales; todas desiguales, con lomo y sin ojos, porque con ojos se prestaría al fraude».

La respuesta que obtendría en el mercado era toda una incógnita, pero el éxito fue masivo, hasta el punto de conseguir que los japoneses sean hoy unos magníficos defensores de las angulas.

En la presentación de ayer, se reunieron muchos amigos y conocidos del innovador empresario, entre ellos un traductor que le ayudó a comunicarse con los japoneses y el estimado cocinero Luis Irizar, que al igual que Martín Berasategi le apoyó desde el principio, cuando había una guerra entre la tradición y la modernidad. Irizar felicitó a Azpeitia por su genial idea, «una más de las suyas», y aseguró que no hay mejor I+D.

Tal como destacaron en el acto, el libro recoge una historia real que supera con creces la ficción y da una lección de humanidad e integridad en tiempos de crisis. No es un trabajo de cocina, o sí, porque contiene una única receta: la del éxito.

HOMENAJE

Al igual que el libro, el acto de ayer en San Telmo también fue un pequeño homenaje y reconocimiento a Álvaro Azpeitia, porque no renunció a su sueño aunque lo tenía todo en contra.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo