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Los Verdes gobiernan en la plaza fuerte de la industria automovilística de Alemania

Por primera vez, un político verde es el nuevo ministro presidente de un land alemán, el feudo de la industria automovilística, un hecho histórico que puede anunciar la llegada de los ecologistas al Ejecutivo de Berlín, aunque no faltan los obstáculos en ese camino.

Ingo NIEBEL

Va a depender primero de la arbitrariedad de los periodistas y después de la de los historiadores, si el pasado 12 de mayo de 2011 recibirá el calificativo de «histórico» porque desde ese día por primera vez en sus 30 años de historia los Verdes gobiernan un estado federal de Alemania. El pasado jueves el parlamento regional de Baden-Württemberg eligió al verde Winfried Kretschmann como nuevo ministro-presidente del segundo land más rico de la República Federal. Para llegar tan lejos los Verdes han necesitado también todos los votos de su socio minoritario, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y de regalo inesperado recibieron otros dos de la oposición. También es nuevo que por primera vez el SPD ha de arreglarse con una mayoría verde a su lado.

Como último elemento novedoso, el nuevo bipartito ha dado punto final a 58 años de gobierno continuo de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en este land. Ahora el partido de la canciller Angela Merkel ha de aprender cómo se hace política desde los bancos de la oposición pero contando aún con el respaldo de una administración pública en la que muchos funcionarios deben su cargo al carnet de partido cristianodemócrata.

Obstáculos

Cara al futuro y teniendo en cuenta el pasado, el nuevo ejecutivo ya no supone ningún experimento desde que el SPD formase el gobierno federal con los Verdes en 1998. Por lo tanto, los ecologistas ya no tienen que demostrar que son capaces de asumir este tipo de responsabilidad. Más bien necesitan la práctica política al frente de un ejecutivo regional para tener la experiencia que les permitirá dirigir el Estado alemán desde la Cancillería de Berlín.

Sin embargo, en su camino hacia la sede del Gobierno alemán quedan aún varios obstáculos, uno de ellos es el referéndum que el bipartito de Stuttgart quiere celebrar en octubre sobre el muy discutido proyecto de una subterránea macro-estación de trenes en la capital, conocido como "Stuttgart 21" o S21. Los Verdes lo rechazan y el SPD lo apoya. He aquí un punto de discordia.

El otro es que el SPD de Nils Schmid no ha aceptado del todo su nuevo rol y por eso ha querido tener más ministerios que su socio mayoritario. Además Schmid se presenta como «la conciencia social y económica» de esta coalición, sabiendo que otro punto de conflicto puede darse en la política de medioambiente, que dirige el verde Winfried Hermann, un conocido opositor del S21.

Ya antes de jurar su cargo, Hermann ha declarado que su ministerio va a reducir el número de vehículos pesados del parque móvil oficial, reemplanzándolos por modelos más ecológicos y eléctricos. «Además para caminos cortos también un ministro puede usar la bici», dijo en una entrevista, añadiendo de que «no vale decir que en Stuttgart hay muchas cuestas porque para eso sirven las bicis eléctricas».

La industria automovilística, que en su land está presente con las casas matriz de la Daimler y Porsche, la retó diciendo: «La industria no ha de construir menos coches sino más que sean buenos para el clima y que respeten los recursos naturales».

Encuesta

Del avance del gobierno de Kretschmann depende el desarrollo del partido verde como segunda o tercera fuerza entre la CDU y el SPD a nivel nacional. Según la reciente encuesta, elaborada por Forsa, los ecologistas se sitúan con 26 puntos, entre la CDU, con 31 puntos, y el SPD, con 22 puntos. Eso significa que los Verdes han bajado dos puntos, mientras que los socialdemócratas han subido uno y la CDU se queda paralizada. Si a ello se añade que el socio liberal de Merkel, el FDP, sigue por debajo del 5 %, es decir en 4 puntos, se puede afirmar que actual Ejecutivo nacional perderá las siguientes elecciones generales y que el futuro jefe o jefa de Gobierno sería de los Verdes.

Un alternativa política y sólida no se ve por el momento porque el partido socialista Die Linke aún no ha terminado el debate sobre su nuevo programa. El transcurso de esta discusión depende en gran parte de los resultados que obtendrán tanto en la occidental ciudad de Bremen el próximo domingo como también en las elecciones en sus territorios tradicionalmente fuertes en el este, Mecklenburgo Antepomerania y Berlín. En este último, el Linke gobierna junto con el SPD, pero se enfrenta a un partido verde que como mínimo podría ser el nuevo socio minoritario de los socialdemócratas, si no el socio principal.

Tampoco la derecha puede con los Verdes, hoy por hoy, porque ante todo persiste su falta de credibilidad. El FDP ha de solucionar este fin de semana si su ex presidente Guido Westerwelle sigue siendo ministro de Asuntos Exteriores o si ha de dejar también este cargo. Su crisis ha obligado a Merkel a cambiar el gabinete, aceptando al designado presidente del FDP, Philipp Rösler, como su nuevo ministro de Economía.

No obstante, tanto los demócrata-cristianos como los liberales se ven salpicados por hasta ahora tres casos de plagio que supuestamente cometieron destacados políticos cuando presentaron sus tesis doctorales. El caso más reciente es el de la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Silvana Koch-Mehrin. El miércoles la liberal se retiró de todos sus cargos públicos y del partido antes de que la Universidad de Heidelberg publicara el resultado de su investigación sobre las acusaciones que pesan sobre ella.

 

o bicis

La industria automovilítica, que tiene su feudo en Baden-Württemberg, retó a Kretschmann rechazando que se deba construir menos coches.

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