Kerry y Gilani se atienen al guión para restablecer sus relaciones estratégicas
El senador de EEUU, John Kerry, intenta en Pakistán restablecer las relaciones con su aliado estratégico, tensas desde la eliminación de Osama Ben Laden. Kerry y el primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, coincidieron en su interés en «restablecer la confianza mutua».
GARA | ISLAMABAD
El senador estadounidense John Kerry trasladó ayer en Islamabad a las autoridades paquistaníes la «gran preocupación de Estados Unidos» por la presencia del líder de Al Qaeda en Pakistán «y por la existencia de refugios de adversarios en Afganistán», pero matizó que las relaciones bilaterales son «demasiado importantes como para permanecer estancadas en la especulación».
«Somos socios estratégicos con un objetivo común», declaró el senador, haciendo valer el apoyo del presidente Barack Obama a una visita que tiene el objetivo «de reconstruir la confianza». En este sentido, anunció que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, visitará próximamente Islamabad, otro paso en la reparación de las discrepancias..
Kerry trasladó este mensaje en primer lugar al jefe del Ejército paquistaní, el general Ashfaq Kayani, con quien se encontró el domingo, el mismo día de su llegada. Ayer se reunió con el presidente, Asif Ali Zardari, y el primer ministro, Raza Yousuf Gilani.
El senador demócrata, que preside la comisión de Asuntos Exteriores del Senado, es el primer alto cargo que visita Pakistán desde que un comando especial matara al líder de Al-Qaeda el 2 de mayo.
Este ataque «clandestino» y «unilateral», según el Gobierno paquistaní, provocó una viva reacción en la población del país, más por la violación de la soberanía del país que por la muerte de Bin Laden, que también concitó algunas protestas.
La CIA, que llevó a cabo la operación, confirmó que no advirtió a las autoridades paquistaníes por temor a filtraciones. La Administración estadounidense acentúo la tensión al hablar de supuestas complicidades con Al-Qaeda en el seno del Ejército o los servicios de información.
Dudas sobre la cooperación
Kerry indicó que algunos congresistas «no están seguros de que las relaciones bilaterales puedan ser restauradas» y «están planteando preguntas complejas sobre nuestra asistencia económica al Gobierno de Pakistán», un país aliado de Washington que ha entregado a decenas de detenidos, supuestos miembros de Al-Qaeda.
El Gobierno de Islamabad también se ha mostrado molesto con las intervenciones estadounidenses y su Parlamento pidió revistar la cooperación.
Gilani siguió el mismo guión que Kerry y «destacó el imperativo de una confianza mutua, de un interés mutuo y del respeto de la soberanía de Pakistán para reforzar el consenso nacional sobre la guerra contra el terrorismo». «El interés actual de Pakistán y EEUU es reconstruir la confianza entre sus gobiernos y sus instituciones», insistió.
Siete combatientes islamistas murieron en dos ataques sucesivos de aviones no tripulados de EEUU contra un campamento y un vehículo respectivamente en la zona del noroeste de Pakistán, según las autoridades del país.
Un diplomático saudí murió ayer por disparos cuando viajaba en su coche cerca del consulado en Karachi, al sur de Pakistán, cinco días después de una ataque con granadas contra esta representación diplomática, según confirmó la embajada de Arabia Saudí en Islamabad. Ninguno de los atentados ha sido reivindicado y las autoridades tratan de saber si tienen relación con la muerte de Osama Bin Laden, por fuerzas estadounidenses en Pakistán, que los talibanes juraron vengar.
Un diplomático saudí precisó a France Press que la víctima era un oficial de seguridad del consulado. «El empleado del consulado fue alcanzado por varios disparos y murió en el acto», indicó el jefe provincial de policía, Fayaaz Leghari. Según su relato, dos hombres en moto abrieron fuego sobre el vehículo que llevaba matrícula diplomática en un cruce de un barrio elegante de la capital económica de Pakistán. «Los agresores huyeron en moto», añadió. Sharfuddin Memon, responsable del Ministerio de Interior en la misma provincia, aseguró que la víctima era «un empleado subalterno» del consulado. GARA
Cuatro soldados de las fuerzas de la OTAN murieron por el estallido de un artefacto explosivo en el sur de Afganistán. Un portavoz talibán aseguró que el vehículo en que viajaban fue alcanzado por una mina.