Zuriñe Andrés (ELA) y Noemi Etxebarria (ELA) denunciaron ayer «el silencio patronal», minutos antes de iniciarse en Bilbo la manifestación de las trabajadoras de los comedores escolares hasta la sede del Gobierno de Patxi López, al final de la Gran Vía. Con carteles de «menos bocadillos y más negociación», las trabajadoras iniciaron la tercera semana consecutiva de huelga y lamentaron la falta de respuesta desde las empresas del sector. ELA, LAB y UGT remarcaron que la incidencia de la huelga es creciente, aunque denunciaron que los servicios mínimos son elevados.

Las portavoces sindicales precisaron que «la patronal no tiene prisa por solucionar este conflicto. No les importan los efectos negativos que está provocando a las trabajadoras y a las familias». Admitieron que esta situación «es inaguantable», pero insistieron que «no volverán a hacer su trabajo hasta que no haya una solución negociada en la mesa con las empresas».

Zuriñe Andrés y Noemi Etxebarria remarcaron que «las empresas del sector no han realizado ningún esfuerzo por buscar la solución, todo el esfuerzo es de las familias y del Gobierno vasco, pero no de los empresarios, que no han hecho esfuerzo económico alguno para cerrar este conflicto irresuelto».

Andrés recordó, «por si quedaba alguna duda», que «no hay respuesta, es un silencio patronal. No sabemos lo que piensan las empresas», explicaron.

«Alumnos rehenes»

Entretanto, la viceconsejera de Educación, Marisol Esteban, se alineó ayer con las empresas de los comedores escolares y criticó con dureza a ELA, LAB y UGT por mantener activa la huelga. Explicó que «si no llegan a un acuerdo con las empresas, se replanteará alguna de las mejoras puestas en marcha en este servicio como el incremento de 18 horas laborales anuales para las monitoras». Además conminó a las tres centrales sindicales a que «dejen de utilizar como rehenes a los alumnos» y que «desconvoquen las protestas». Argumentó que «todas las ofertas que han hecho los sindicatos a Educación para mediar en este conflicto, se han cumplido». Esteban criticó que, en la medida que los sindicatos han ido obteniendo sus objetivos, su respuesta ha sido «la radicalización salvaje del conflicto», lo que, a su juicio, supone «un ataque a la escuela pública». La representante del Departamento de Educación señaló que el Ejecutivo de Gasteiz «en colaboración con la Federación vasca de Padres y Madres, acordó varias mejoras del servicio de comedores como el incremento de 18 horas anuales para cada monitora con el fin de reforzar las tareas de coordinación y mejora del funcionamiento del servicio, lo que conllevó un aumento de la cuota de comida de 0,30 euros, es decir, más de dos millones de euros al año».

Marisol Esteban insistió en que las empresas propusieron que «los salarios se referencien al 95% de los sueldos del nivel equivalente del Departamento de Educación, a lo que se añade un complemento del 5% vinculado a la mejora de la productividad en términos de reducción de absentismo».

Sin embargo, las trabajadoras recuerdan que esa equiparación al 95% «nunca llegó, porque no aplicaron el IPC. La equiparación del 95% se tendría que haber producido len 2008. Pero no se cumplió», denuncian.