Hsta hace poco no supe que ibas en una lista. A pesar de que te conozco «de toda la vida» y de que aprecio tus grandes capacidades personales e intelectuales, no se me había ocurrido que pudieras ser «mi» candidata. Me parece un gran acierto por parte del grupo promotor de la candidatura el haberte elegido, han acertado de pleno.

Sé que no te habrá sido fácil dar el paso para salir a la plaza pública. Sé que no eres amiga de protagonismos, que prefieres estar participando de la alegría del anonimato. Pero esta vez has elegido ser la protagonista, a pesar de los costes que ello te conlleva.

Qué diferencia con esos candidatos que compiten por serlo y por llegar al poder. Que aspiran a tener un chofer, ser famosos y que los reconozcan. Qué diferencia de «carrera» con quienes aspiran a puestos políticos por el sueldo y el nivel de vida. La diferencia está en la generosidad que derrochas, en ese compromiso contra la injusticia. Sé de tu capacidad, pero especialmente de tu gran corazón.

No me queda otra cosa que agradecerte de todo corazón tu actual aportación a nuestra historia, ofreciéndote a representar a una parte de este pueblo en el esfuerzo de crear una sociedad más justa libre y democrática.

Aunque este carta podría ir destinada a cualquiera de las personas de EA, Alternatiba o independientes que componen las listas de Bildu, tengo que confesar que según estoy escribiendo he tenido por referencia a Elena López de Lacalle, la candidata de Tierras Esparsas a Juntas Generales de Araba.