El número de casos que investiga la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares y Robo de Niños (ANADIR) no para de crecer. En los últimos meses, poco a poco, han ido apareciendo cada vez más en Euskal Herria. En un principio se hablaba de los «niños robados» durante el franquismo y la década posterior, esto es, los años 80. Pero las fechas cada vez se acercan más en el tiempo.

Tal y como pudo constatar ayer GARA, las sospechas están llegando ya a épocas posteriores, concretamente hasta la década de los 90. Flor Díaz, delegada de la asociación en el norte del Estado español, confirmó que existen cuatro casos que datan de los años 1993, 1994, 1995 y 1997. Todos ellos se habrían producido en los hospitales de Cruces y Donostia, aunque señaló que son episodios «más puntuales».

Según indica Díaz, en dos de los cuatro casos se trataría de «niños recién nacidos, y en los otros dos restantes, de bebés prematuros que llevaban ya varios días en la incubadora».

Según la información de la que dispone Anadir, y con lo que respecta al modo de actuar en dichos hospitales, en la década de los 90 «tampoco enseñaban al niño muerto» a los padres. Díaz puso el ejemplo de una mujer que sospechaba haber sido víctima del robo de su recién nacido, por lo que se puso en contacto con la asociación. En estos casos, señala, «te dicen que no te pueden enseñar al niño porque puede suponerte un trauma», por lo que muestran una fotografía. La cuestión es que «con la foto no puedes saber si el niño está dormido o muerto», señala Díaz. Aunque señala que estos casos de los 90 son más esporádicos, advierte de que «se ha seguido haciendo y se seguirá haciendo si no le ponemos límites».

En Euskal Herria se estudian ya unos 400 casos. Desde Anadir manifiestan que en los años 60, 70, «e incluso a principios de los 80, actuaron con muchísima impunidad». Señala que a partir de esta década el modo de actuación se limitaba a los bebés prematuros. «Son los prematuros los que `mueren' porque son los que estaban más tiempo solos por el hecho de que los padres no podían estar con ellos».

En manos de la Fiscalía

Hasta el día de hoy, esta delegación de Anadir se han entrevistado tanto con el fiscal de Araba como con el de Gipuzkoa. Éste último les indicó que sí veía indicios de delito en los casos que allí se presentaron, por lo que «está remitiendo las denuncias a cada juzgado al que corresponden».

Respecto a Bizkaia, esperan citarse en breve con la Fiscalía para estudiar la situación. Además del Hospital Donostia, en Gipuzkoa, y Cruces, en Bizkaia, en Araba la mayoría de los casos tuvieron lugar en la Clínica Arana. Coincide, además, el hecho de que en estos hospitales se registra oficialmente un número mayor de bebés «fallecidos», según señala Flor Díaz.