Cambio de director para la cuarta entrega de «Piratas del Caribe»
La mayor novedad de la cuarta entrega de «Piratas del Caribe» es la incorporación de Rob Marshall como director, sustituyendo a Gore Verbinski, quien dirigió las tres anteriores entregas. El cambio de rumbo también afecta a la línea argumental.Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
La nueva entrega de «Piratas del Caribe» viene muy bien como experimento para comprobar si la franquicia es capaz de mantener el nivel cinematográfico de las tres primeras, dirigidas por Gore Verbinski. De mantenerlo, quedará claro que el verdadero creador de la serie es el productor Jerry Bruckheimer y que es capaz de dar a todas sus películas el mismo aliento de espectacular narrativa aventurera. De lo contrario, habrá que hablar de una crisis artística, no siendo Rob Marshall el director adecuado para estos menesteres. No sé si se notará la diferencia entre uno y otro, pero Verbinski es uno de los mejores cineastas actuales, más aún después del éxito obtenido en la animación de vanguardia con «Rango». En cambio, Rob Marshall se ha especializado en el musical y su reciente «Nine» ha sido un completo fracaso.
Los guionistas Ted Elliott y Terry Rossio han logrado diseñar un universo propio para la saga, partiendo de una atracción de Disneylandia como fuente de inspiración. Se puede decir que el espíritu de Walt Disney es el que ha guiado la línea argumental de la trilogía inicial compuesta por «La maldición de la Perla Negra», «El cofre del hombre muerto» y «En el fin del mundo». Pero el ciclo parecía agotado, por lo que había que dar un nuevo rumbo a la cuarta entrega encargada de asegurar el futuro comercial de la franquicia.
La pareja de guionistas encontró la solución en una novela de Tim Powers que data de 1987, publicada en castellano con el título de «En costas extrañas», muy parecido al de la adaptación, que en el original es «On Strangers Tides», correctamente traducido como «En mareas misteriosas».
Ocurre que la novela está dedicada a la figura del legendario pirata Barbanegra, el más temido de cuantos existieron. En consecuencia, Elliott y Rossio pensaron que podía ser el mayor enemigo imaginable para su Jack Sparrow. Por lo que se ha podido ver en los avances, el actor inglés hace una impresionante caracterización del personaje, rodeado de los elementos fantásticos que definen la serie, porque la tripulación de su barco está compuesta de zombis. Es un aspecto que justifica el eje argumental, según el cual persigue la Fuente de la Eterna Juventud.
En teoría no debería necesitarla todavía su hija, encarnada por Penélope Cruz. Tal como trascendió a la prensa en su momento, la actriz de Alcobendas tuvo que ser doblada en las escenas de acción por su hermana Mónica, con la que guarda un gran parecido. La razón era el embarazo que tanto daría que hablar dentro de su relación con Javier Bardem. La actriz, perfectamente recuperada, se prepara para rodar a las ordenes de Woody Allen este verano su nuevo proyecto en Roma.
En el reparto internacional también se ha colado Óscar Jaenada, otro habitual de los rodajes en Hollywood. Tiene el papel de un agente enviado por el rey Fernando VI. Más llamativa es la presencia de Astrid Berges-Frisbey, hija de catalán, y que da un gran salto tras darse a conocer en «Bruc. El desafío». Es una de los ocho sirenas que custodian la isla donde se encuentra la codiciada Fuente, lo que no impedirá que viva un romance con un joven misionero hecho prisionero por Barbanegra.
Dirección: Rob Marshall.
Producción: Jerry Bruckheimer.
Intérpretes: Johnny Depp, Geoffrey Rush, Ian McShane, Penélope Cruz.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Música: Hans Zimmer.
País: EEUU, 2011.
Duración: 140 m.