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Zhang Yimou realiza una rara versión china de «Sangre fácil»

«Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos» es el remake oriental de la ópera prima de los hermanos Coen, realizada en 1984. Aunque respeta su origen dentro del cine negro, traslada la acción al género wuxia, con una escenificación al estilo de las óperas chinas.

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M.I. | DONOSTIA

Zhang Yimou recibió críticas desiguales cuando presentó «Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos» en la Berlinale, donde fue considerada como una obra menor dentro de su filmografía. La intención del propio cineasta era la de hacer un simple entretenimiento, porque necesitaba oxigenarse con un rodaje ligero después de dos años de dura dedicación a preparar las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpiadas de Pekín.

El público chino se ha divertido mucho con la película, manteniéndola largo tiempo en cartel. Es un lujoso espectáculo cómico, hecho al gusto del mercado asiático. No tiene nada que ver con la película de los hermanos Coen en la que se basa, porque aquella ópera prima de 1984 fue una producción totalmente independiente cuyo coste no superó el millón y medio de dólares.

Xiao Shen-Yang

Buena parte del éxito de la película en su país de origen se ha debido al protagonismo de Xiao Shen-Yang, un joven actor cómico que es muy popular en China. El primer acto de «Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos» es pura comedia, hasta que la acción toma un giro dramático más acorde con la trama original de «Sangre fácil». Xiao Shen-Yang utiliza un humor muy físico, con gags constantes, para dar vida al empleado que mantiene relaciones en secreto con la mujer del dueño de la tienda del título.

Zhang Yimou ha sacado la historia de los Coen del contexto del cine negro, trasladándola al género wuxia, ya que la película está ambientada en la China feudal, eso sí, tan profunda como el Texas retratado por los Coen. Y es que las localizaciones se sitúan al borde del desierto, en una zona remota, lo que confiere a la atmósfera en exteriores cierto aire de soja-western. En interiores la puesta en escena es más teatral, más en consonancia con la tradición de la ópera china.

Parece que lo que le ha interesado verdaderamente a Zhang Yimou del clásico de los Coen es su característico humor negro, que ha querido potenciar hasta llevarlo al más completo de los absurdos. Los planes criminales no salen según lo previsto, en cuanto que son provocados por unas vidas insatisfechas que llevan a cometer actos desesperados.

Hay quien acusa, sin embargo, al cineasta chino, de haber elegido la ópera prima de los Coen por ser muy visual en su concepción. Es una decisión estética que conecta con su última etapa, en la que se ha volcado en los aspectos formales descuidando los narrativos, al contrario de lo que sucedía en el período inicial de su consagración en el exterior.

De cualquier modo la experiencia de «Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos» resulta totalmente innovadora, porque invierte la tendencia mayoritaria de hacer remakes de películas orientales por parte de la industria de Hollywood.

Estreno

Título original: «San qiang pai an jing qi».

Dirección: Zhang Yimou.

Guión: Xu Zhenghao y Shi Jinquan, sobre un guión de los Coen.

Intérpretes: Sun Honglei, Xiao Shen-Yang, Ni Dahong, Yan Ni.

País: China, 2009.

Duración: 90 m.

la ópera prima de los hermanos coen

Los Coen sabían que un productor chino había adquirido los derechos de su ópera prima «Sangre fácil» para hacer un remake, pero desconocían quién iba a dirigirlo. Cuando se enteraron de que era Zhang Yimou, su sorpresa fue mayúscula. Nunca habían imaginado algo así, porque «Blood Simple» tenía una ambientación muy localista, por entero ligada al Texas profundo.

El guión original de Joel y Ethan Coen recordaba argumentalmente a las novelas negras de James M. Cain, mientras que la realización de Joel Coen homenajeaba a Hitchcock y Orson Welles. Al primero, en lo relativo a la recreación de lo difícil que es matar a una persona, así como el traslado del cadáver. Al segundo, en el diseño del orondo detective interpretado antológicamente por M. Emmet Walsh.

Tampoco desmerecía el protagonismo femenino de Frances McDormand, mujer de Joel, adelantando lo que sería la posterior obra maestra del clan Coen, «Fargo». En su primer largometraje ya estaba el humor negro que define su cine, junto al cuidado detallismo visual de la puesta en escena. M.I.

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